jueves, 16 de marzo de 2017

Los vikingos atacan Asturias IV

 Los vikingos de Jutlandia siguen preparándose para la expedición de Gundar Olafson. Este acude ahora a su casa, donde es recibido por su esposa, Solveig Haakonsdatter. Está junto al fuego, el centro del hogar vikingo:






  Solveig está inquieta. Estar casada con el jarl le da una gran posición social. También ella es hija de jarl, al fin y al cabo, de Haakon Barba Rizada. Pero la ausencia de su esposo en los próximos meses le cargará de responsabilidades. Está acostumbrada a llevar el hogar, nadie lo discute. Pero si se producen pleitos en ausencia de Gundar, ella deberá actuar como auténtico jarl. Siempre tendrá a los ancianos para consultar si se da el caso.


 ¿Por qué quiere Gundar aventurarse por esas tierras del sur a las que ningún vikingo ha navegado antes? Pero sabe que todo hombre vikingo está llamado a la aventura, a embarcarse en un drakkar tarde o temprano y surcar el mar mientras Aegir le sea propicio. Para ella, una mujer vikinga, la aventura y explorar tierras desconocidas no tiene sentido. Lo tendrá 1100 años después, cuando sus rubias descendientes se aventuren a visitar Benidorm, Marbella, Mallorca y demás playas de esa desconocida tierra de España.



  Solveig mira a su esposo mientras se calienta las manos. Lo ama y lo sirve como fiel esposa. Ni puede ni debe criticar sus proyectos, pero cuánto desearía que se quedara junto a ella ¡Oh, Freya, parecen cantar los scaldos! ¡Si pudieras pedir a Odín que interceda!





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