domingo, 27 de abril de 2025

El niño que no pudo reinar

   España, finales del siglo XVII. Carlos II no tiene herederos y su mala salud le indica que lo más seguro es que muera sin engendrarlos. Por la línea de sucesión, la corona debería ser para su hermanastra, la infanta María Teresa, esposa del rey Luis XIV de Francia. Pero muchos españoles y otros europeos no ven con buenos ojos que el mayor imperio de la Tierra vaya a parar a manos del poderoso rey Sol. Y más concretamente del delfín Luis, que uniría así España y Francia en un solo reino. La infanta Margarita, la que pintó Velázquez en Las Meninas, es la opción no vinculada a Francia. Pero ha muerto. La esperanza reside en un niño, nieto de la infanta: José Fernando de Baviera.



    Esta opción permitiría a España no caer bajo la órbita de Francia ni de la de Austria. Así, Carlos II firma un testamento en el que designa como heredero al pequeño príncipe bávaro. Como hijo del elector Maximiliano II de Baviera, José Fernando es también heredero de este territorio germánico. Los españoles saben de la debilidad de Carlos II y la mirada a ese niño parce calmar la incógnita de la sucesión.


    Pero el rey Sol no quiere quedarse sin una "compensación". Así, firma en La Haya un tratado con ingleses y holandeses en el que el delfín de Francia retiraba su candidatura al trono español (lo siento, no voy a decir "Monarquía Hispánica" cuando todo el mundo decía "España", por mucho que fueran reinos con sus leyes propias, etc.) a cambio de Nápoles, Sicilia, los presidios de Toscana y Finale, y Guipúzcoa. Acuerdan que José Fernando reciba España (sin Guipúzcoa), las Indias y los Países Bajos Españoles (actuales Bélgica y Luxemburgo).
    Pero, a su vez, Leopoldo I del Sacro Imperio, esposo de la infanta Margarita y abuelo de José Fernando, tampoco quiere quedarse sin hacer valer sus derechos como nieto de Felipe III de España.


    En 1699, se acababa la esperanza de la sucesión española. José Fernando moría con solo nueve años de edad. Carlos II, por fuerza mayor, legaba sus posesiones en un nuevo testamento para el segundo hijo del delfín: Felipe, duque de Anjou.


    La condición era que Felipe renunciara a sus derechos al trono francés, para no unir los dos reinos. Pero las potencias europeas temen que esto no se cumpla. Tras la muerte de Carlos II en 1700, la facción austriaca hace valer sus derechos reconociendo como verdadero rey de España al archiduque Carlos, hijo de Leopoldo I, de su segundo matrimonio. Las potencias, lideradas por Inglaterra, apoyan a este pretendiente y estalla la Guerra de Sucesión Española.



    La guerra terminó en 1713 con la victoria hispano-francesa. Felipe fue proclamado rey de España con el nombre de Felipe V, el primero de la casa de Borbón. Carlos se conformó con el trono imperial con el nombre de Carlos VI, al morir su padre.
    Siempre queda la incógnita de cómo habría cambiado la historia de España de haber reinado el niño bávaro. La casa de Wittelsbach, a la que pertenecía Sissí, habría sido la dinastía reinante en lugar de los Borbones ¿Con qué nombre habría reinado José Fernando? ¿José I? ¿Fernando VI? ¿José Fernando I? Quedará para la posteridad como el niño que no pudo reinar en España.







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