domingo, 14 de diciembre de 2025

Un rey acaba de nacer (VIII)

    En su palacio de Jerusalén, el rey Herodes se inquieta. Los magos han abandonado Belén, tras adorar al niño nacido en un establo, y han regresado a la lejana Partia por otro camino. Han evitado Jerusalén tras prevenirles una voz. Herodes está furioso.


    -¡Esos malditos astrólogos partos se han burlado de mí!


-Está claro que han visto a ese niño en Belén... Pero ¿cómo saber cuál es?



    Herodes piensa en la profecía. Luego, se vuelve hacia los maestros de la ley y dice:
-¡También yo recuerdo otra profecía! La del profeta Jeremías: "Una voz se oyó en Ramá, llanto y gran lamentación. Es la voz de Raquel que llora a sus hijos y no quiere ser consolada, pues ya no existen".



    Después, llama al capitán de su ejército:
-Partid a Belén y matad a todos los niños menores de dos años de allí y sus contornos.


    Con razón los magos vieron el odio en los ojos de Herodes. El cruel rey no permitirá, como dijo, que nadie le quite su corona. Ni un niño recién nacido.



 

sábado, 13 de diciembre de 2025

Día de Santa Lucía 2025

 

Estás en la luz,
estás en la esperanza.
Disipas la oscuridad 
que rodea la tierra




La estrella en el cielo
da el tono en el cristal.
En nuestro anhelo
Lucía se alza.
Santa Lucía,
Santa Lucía.

Popular sueca






viernes, 12 de diciembre de 2025

El acebo y la hiedra


  Existe un villancico inglés titulado El acebo y la hiedra ("The Holly and the Ivy") que posee un interesante significado. Proveniente de la Edad Media, el villancico dice lo siguiente:

 The holly and the ivy
When they are both full grown
Of all the trees that are in the wood
the holly bears the crown.

The rising of the sun
And the running of the deer
The playing of the merry organ,
Sweet singing in the choir.

The holly bears a blossom,
as white as the lily flower
and Mary bore sweet Jesus Christ,
to be our sweet Saviour.





Que traducido al español es:

El acebo y la hiedra,
cuando ambos están crecidos,
de todos los árboles del bosque
el acebo lleva la corona.

La salida del sol
y la carrera del ciervo,
el sonar del alegre órgano
cantando dulcemente en el coro.

El acebo aporta su florecer
tan blanco como el lirio
y María aportó al dulce Jesucristo
para ser nuestro Salvador.


 

El acebo ha creado en el subconsciente colectivo los dos colores más representativos de la Navidad: el rojo y el verde. Esta planta tan común en el invierno en las regiones septentrionales sirve de alimento a los animales, ya que es una de las pocas plantas que produce frutos en esta estación. En algunas regiones forma una especie de abrigos para refugio de ciervos, jabalíes, etc.


Los sacerdotes escandinavos tenían al acebo por una planta sagrada. Resulta representativo que la palabra inglesa holly (acebo) sea casi igual que holy (sagrado). El carácter sagrado de esta planta recae precisamente en su condición de resistir al invierno, al ser un árbol perenne, convirtiéndose así en símbolo de eternidad. Es decir, lo mismo que sucede con el abeto y el pino. Al mismo tiempo, por sus frutos rojos que salen durante el duro invierno, simbolizaba también la fertilidad: en medio de la tierra yerma invernal, era la promesa de que la vida se regeneraría a pesar de todo. En las fiestas de Yule, el acebo ahuyentaba los malos espíritus.

También los celtas le atribuían varios poderes. La figura del Rey del Acebo era la personificación del invierno para el mundo celta. 

Tocado con una corona de acebo, este personaje se enfrentaba al Rey del Roble, el cual personificaba el verano. La victoria de uno de los dos daba lugar a una u otra estación del año para los celtas. La leyenda de Sir Gawain y el Caballero Verde no es sino una representación en época medieval de aquella creencia. Gawain derrota precisamente al misterioso caballero en Navidad.

Se creía que los golpes propinados con varas o lanzas hechas de acebo eran mortales. Tal era la pureza y fortaleza de su madera para aquellos pueblos que aseguraban que era la única que se hundía en el agua.

El acebo era también parte de los adornos de las Saturnales, en la antigua Roma. Los romanos decoraban sus felicitaciones con pequeñas ramas de esta planta. Ignoramos si los romanos la tenían ya como planta sagrada o si la tomaron de los germanos.

Con la llegada del cristianismo, el acebo cobró otro significado. Las puntiagudas espinas se vincularon con la corona de espinas de Cristo y los frutos rojos, con su sangre. Pero con toda seguridad, el pueblo llano siguió viendo en el acebo un símbolo de eternidad, aspecto que, después de todo, forma parte de la religión cristiana.

Actualmente, el acebo es una planta protegida. En la provincia de Soria se encuentra el mayor acebal del sur de Europa: el de Garagüeta. Aunque se trata de una reserva natural, su poda está controlada por los agentes medioambientales para la venta por Navidad. 


    La hiedra también está presente entre las decoraciones navideñas, especialmente en los países anglosajones. Su significado es el mismo que el del acebo, en cuanto a su resistencia al invierno. Entre los celtas era también la planta que resistía a la muerte, ya que no es extraño encontrarla en ruinas, como enredadera salvaje por las paredes. Ese mismo significado fue retomado por el cristianismo. 


    El acebo y la hiedra recoge aquellos cultos antiguos y conserva, al mismo tiempo, la pervivencia de la idea de la unión de lo masculino y lo femenino en el contexto agrícola primitivo: el sol y la luna. Para otros, el hecho de que lleve la corona no indicaría una victoria o superioridad, sino que reafirmaría la idea de la corona de espinas de Cristo. 

    En la serie Victoria la reina Victoria toca este villancico al piano, en un capítulo en el que se discute el papel tanto de ella como de su esposo, el príncipe Alberto. De esta forma, El acebo y la hiedra simbolizaría la "rivalidad" de los esposos.




jueves, 11 de diciembre de 2025

Mercadillo navideño

  Visitamos este mercadillo navideño, como es típico en tantos lugares de Centroeuropa:



    La gente pasea entre los puestos. En este se vende comida: dulces típicos navideños, tartas, vino dulce con especias, etc.




En este otro puesto se venden juguetes y adornos.



Además, escuchan cantar villancicos ante el árbol de Navidad.



miércoles, 10 de diciembre de 2025

Belén de Cuadrado Duque 2025

  Un diciembre más la constructora alcarreña Cuadrado Duque nos expone su belén de Playmobil. Un año más nos muestran el esmero y dedicación que ponen en la selección de espacios y de piezas. La novedad de este año ha sido el magnífico campamento romano.





    Como se puede observar, los legionarios están montando el campamento, con los postes para la muralla y la parte defensiva de estacas:


    Esta vez el portal de Belén combina las ruinas del año pasado con la cueva típica de muchos cuadros y que muestran los evangelios apócrifos.




En esta parte de Belén podemos ver unos talleres de tintoreros:




Y también los pastores con abundantes rebaños.


Un año más felicitamos a Cuadrado Duque por su buen gusto y su iniciativa que tan buena acogida tiene por nuestra parte, los seguidores de Playmobil.




martes, 9 de diciembre de 2025

La última Navidad de Dickens

 

Acudimos ahora a una de las figuras que más ha forjado la imagen pública (o privada) de la Navidad: Charles Dickens. 


 Con su obra Cuento de Navidad, Dickens no solo aportó una visión humanista y optimista de esta fiesta. Se puede decir que también la salvó.

 La huella puritana seguía muy presente en Gran Bretaña. Se podría decir que el clero anglicano era “celoso del celo”, pues los vicarios parecían competir por ver quién celebraba la Navidad de forma más austera. Sus festejos no parecían extenderse más allá de celebraciones privadas a nivel familiar y actos en las parroquias. Con Cuento de Navidad, Dickens promovió una celebración vitalista, grandiosa, que diseñó, de algún modo, la idea que todos tenemos de la Navidad.


Dickens hizo que la Navidad recuperara el jolgorio y la alegría, tanto a nivel estético como emotivo, de los tiempos pasados. La reina Victoria, admiradora de Dickens, promovió también este nuevo impulso a la Navidad. La soberana fue ayudada en esta labor por su esposo, el príncipe Alberto, quien, como ya hemos visto, hizo muy popular la difusión delárbol de Navidad entre los hogares británicos.


En diciembre de 1869 Dickens acudió por última vez para hablar en Saint James Hall ante docenas de personas que esperaban, como en otras ocasiones, escucharle leer sus obras, poner voz a sus personajes. 

El hombre que había creado a Scrooge y vuelto a dar vida a la alegría navideña en la era victoriana no iba a hablar de Oliver Twist ni de David Copperfield, ni de ningún otro de sus personajes: iba a despedirse. Era su última Navidad.

            Dickens resaltó en ésta, la que fue su última conferencia, con nostalgia, sus recuerdos navideños:

 

            "Hubo épocas en las cuales, para la mayoría de nosotros, la Navidad rodeaba nuestro mundo limitado, sin dejarnos buscar nada nuevo ni tampoco echar nada de menos. Nos agrupaban a todos y cada uno alrededor del hogar y hacía que el pequeño cuadro brillara completo ante nuestros ojos."

 



            De nuevo, reivindicó lo que para él debería ser la verdadera Navidad:

 

  "¿Existió realmente alguna vez esa cena de Navidad, después de la cual nos levantamos y generosa y elocuentemente rendimos honor a nuestro último rival, presente entre los invitados, y allí mismo nos juramos amistad e indulgencia y encontramos un afecto perdurable hasta la muerte?[…]Por eso, cuando llegamos a cierta edad, estamos aún más agradecidos, porque el círculo de nuestros recuerdos de Navidad se expande más aún y aporta nuevas lecciones. Demos la bienvenida a cada uno de ellos e invitémosle a ocupar su lugar cerca de la chimenea."


      El genio británico se estaba despidiendo. En esta última conferencia, Dickens nos regaló su Navidad. Su idea de la Navidad. Y, sin duda, es la que pervive en todos nosotros.

 

 

lunes, 8 de diciembre de 2025