Asedio a Caen

 

   Caen, Normandía, 1346. Las tropas del príncipe Eduardo de Gales sitian la ciudad. Los ingleses han hecho de Normandía su campo de operaciones para avanzar hacia el este.

   Una vez más, los arqueros ingleses, con sus longbows, se imponen como arma decisiva. El ejército inglés confía plenamente en ellos y fomenta la infantería, incluso entre los nobles y capitanes.

  Los franceses, por su parte, defienden la barbacana de acceso a la fortaleza de Caen. Han situado carros como barricadas a la puerta de la barbacana. Desde ellos, caballeros, soldados y ballesteros defienden la plaza contra los invasores:

   Desde las almenas de la barbacana los soldados de Caen arrojan lanzas y piedras sobre los atacantes ingleses:

 Este caballero inglés, capitán de una de las compañías del príncipe de Gales, da orden de avanzar:

Regreso a Masalia

     Tras recorrer miles de leguas, Piteas y sus hombres han logrado una hazaña sin precedentes. Han regresado a Masalia y muestran a las autoridades de la colonia lo obtenido en el viaje: estaño, ámbar, pieles, etc. Las posibilidades que se abren para Masalia parecen infinitas.

    Pero Piteas ha triunfado también por otras razones. Ha burlado el bloqueo cartaginés, ha llegado hasta las Casitérides, ha descubierto Gran Bretaña y el misterioso norte.

     Actualmente hay quienes creen que Thule es Islandia, pero no es posible, pues Islandia no estaba habitada en aquella época. Solo puede tratarse de Noruega. 

    Piteas ha navegado entre hielos, ha calculado el polo norte celeste, ha visto las auroras boreales. Ha descubierto también la relación entre las fases de la luna y las mareas. Ha descubierto el rico comercio del ámbar. Tras lograr una buena posición, gracias a las riquezas del viaje, Piteas describe sus vivencias y todo lo observado en su obra Sobre el Océano. Por desgracia, el libro no ha llegado hasta nuestros días, sino a través de otros escritores.

    Por desgracia, Piteas se enfrenta a lo que Marco Polo y Colón se enfrentaron después: el rechazo de muchos "sabios". Estrabón y Polibio lo llamaron embustero, mientras que Hiparco y Eratóstenes lo defendieron.

    Pero el recuerdo de Piteas y su extraordinario viaje sigue vivo. Él fue el primero en lanzarse a la aventura por un mar desconocido. Y muchos otros lo hicieron después.

Iván el Terrible

     Iván IV de Rusia, más conocido como Iván el Terrible, es, sin duda, uno de los zares más famosos del imperio ruso. Reinó entre 1547 y 1584 y fue el primero en usar el título de "zar": hasta entonces se usaba "Gran Príncipe de Moscovia". Recordemos que "zar" significa "César", para equipararse con los emperadores romanos.

    Iván el Terrible ha pasado a la historia como un monarca cruel y sanguinario. Pero también fue el fundador del imperio ruso, al encabezar la expansión hacia el este, chocando así contra los tártaros:

    Iván el Terrible lleva aquí la inconfundible corona de Kazán: la corona orlada de piel, la joya imperial más famosa de los zares.

    Iván junto a su esposa: la bella zarina Anastasia Romanova. Ella fue la tía-abuela de Miguel I, el primero de los Romanov. Iván, que la eligió de entre numerosas candidatas, estaba muy enamorado de ella. Su muerte repentina le llevó a la locura y a acusar a varios boyardos (nobles del imperio) de envenenarla:

    Iván el Terrible fue admirado por Stalin y todavía hoy Vladimir Putin lo tiene como emblema (entre otros). A Iván el Terrible se le debe la construcción de la famosa catedral de San Basilio, el emblema más famoso de Moscú y de toda Rusia. Aquí tenéis la foto que hice (una de ellas) cuando estuve en Rusia allá por 2008 (quizá haga una retrospectiva como en el caso de Holanda):

    Por aquel entonces, el presidente de Rusia era Dmitri Medvedev y Putin era primer ministro, aunque ya entonces todo el mundo sabía que el verdadero poder lo ejercía Putin (que había sido presidente antes, entre 2000 y 2008). A la entrada de la Plaza Roja pude ver una curiosa costumbre turística: había personas disfrazadas de personajes históricos de Rusia para hacerse fotos con los turistas. Entre ellos, Iván el Terrible (aquí, fumando un cigarro):

Aquí están Stalin y Nicolás II:

    Entrar en el Kremlin impresionaba bastante. Saber que estaba en el corazón del poder en Rusia durante la época de los zares, la etapa soviética ¡y la de ahora! Estas son imágenes del interior del Kremlin, con sus edificios oficiales: el círculo del poder.

    La catedral de la Dormición, la más antigua del Kremlin, usada por el zar y la corte. Hay que decir que en Rusia las catedrales no tienen el mismo sentido que en los países católicos: allí se llama catedral a cualquier iglesia, y no solo a la sede del obispado.

    Y siguiendo la historia de Iván el Terrible, aquí está el palacio en cuyas escaleras murió asesinado su hijo, el zarevich Dmitri Ivanovich, en la ciudad de Uglich, ciudad que también visité, a unos 240 km de Moscú:

    El zar se apoyó en su reinado en la Iglesia Ortodoxa. Aquí tenemos al patriarca de Moscú junto a un guardia imperial, con su característico uniforme rojo:

    Iván el Terrible contó también con consejeros y colaboradores siniestros y ambiciosos, como Boris Godunov, que llegó a ser zar, y Maliuta Skurátov, líder de los temibles oprichniks: la policía política del zar. Aquí vemos a Skurátov con una escoba, símbolo de los oprichniks:

Coracero herido

     Hacía tiempo que quería sacar un coracero francés de Playmobil. Pero como no han hecho un casco para él, he pensado en presentarlo como herido con un vendaje en la cabeza:

Al mismo tiempo, es un homenaje al Coracero herido de Théodore Géricault:

    Estaría bien que Playmobil sacara ese casco, porque me niego a comprar los customs que circulan por las ferias e internet. Mientras tanto, nos conformaremos componiendo con lo que podamos.

   Los coraceros componían la caballería pesada de la Grande Armée de Napoleón. Los otros dos cuerpos de caballería pesada eran los dragones y los carabineros. 

    A pesar de su herida, este coracero combate a caballo contra los dragones británicos:

Aulo Plaucio y su estado mayor

     El emperador Claudio ha ordenado al general Aulo Plaucio la conquista de Britania. El general reúne a sus legados y tribunos en su tienda:

    Entre los legados está Vespasiano, legado de la II Legión Augusta. El general da las órdenes pertinentes. Es necesario que el tratado con los atrebates se cumpla y así puedan derrotar a los catuvellaunos.

    Los tribunos y centuriones confían más en Vespasiano, que ha combatido junto a ellos en el campo de batalla, que en Aulo Plaucio, a quien ven como un simple patricio ambicioso que quiere ascender en el poder.

La aventura de Francisco de Orellana

     Hablar del Amazonas no es solo hablar del río más largo del mundo: es hablar de Francisco de Orellana, su descubridor.

    No puedo recrear toda la historia con Playmobil, pues sería difícil formar unos indios amazónicos. Tampoco existen mujeres con el torso desnudo, ni blancas ni indias. Por eso, solo he compuesto algunas escenas de la expedición.

    Natural de Trujillo (Cáceres), participó junto a su paisano Francisco Pizarro en la conquista de Perú. En 1540, Gonzalo Pizarro, gobernador de Quito y hermano del conquistador, se ve atraído por dos leyendas difundidas por los indios: la del País de la Canela y la de El Dorado. Organiza una expedición en su busca y Orellana se une a ella. Tras cruzar los Andes, los expedicionarios necesitan provisiones:

     Orellana y cincuenta hombres deciden construir barcos (yo he preferido poner balsas) para navegar por el río Coca y buscar provisiones. Gonzalo Pizarro accede:

    Los rápidos del Coca les arrastran río abajo. Resulta imposible remontarlo. Así, pierden el contacto con el gobernador y el resto de la expedición. Orellana toma una decisión: él asume la autoridad en nombre del emperador Carlos I. Si no pueden volver atrás, tendrán que seguir el río a donde les lleve. El padre Gaspar de Carvajal, el capellán dominico de la expedición, encomienda su suerte a Dios:

    Orellana y sus hombres llegan al río Napo, de ahí a los ríos Trinidad y Negro y, finalmente, a un río enorme. Los españoles se quedan asombrados ante el espectáculo verde a su alrededor:

    Exploran las orillas de este vasto río. El padre Carvajal recoge en su diario las maravillas que van encontrando:

    La inmensa selva les proporciona provisiones, pero también alberga peligros. Se ven atacados por indios hostiles, pero también por animales peligrosos: serpientes, tarántulas, caimanes, etc.

    Los expedicionarios se ven atacados por unas misteriosas mujeres guerreras. Orellana las identifica con las amazonas de los mitos grecorromanos. Carvajal describe así a estas mujeres:

"Estas mujeres son muy blancas y altas, y tienen muy largo el cabello y entrenzado y revuelto a la cabeza, y son muy membrudas y andan desnudas en cueros tapadas sus vergüenzas, con sus arcos y flechas en las manos, haciendo tanta guerra como diez indios".

    Hay quienes creen que estas amazonas eran en realidad indios con el pelo largo, pero es imposible. Carvajal insiste en que eran mujeres y, al estar tanto indios como indias con el pecho desnudo, sería imposible confundirlos. En honor a estas mujeres guerreras, Orellana bautiza a este enorme río con el nombre de Amazonas. 

    Gonzalo de Pizarro regresa por su cuenta a Quito. Orellana y sus hombres continúan descendiendo el Amazonas. Finalmente, el 24 de agosto de 1542, tras dos años de expedición, llegan a la desembocadura, en el Atlántico:

    Orellana y sus hombres gritan de alegría. Unos días después alcanzan la isla de Cubagua (Venezuela) ¡Están salvados! El trujillano firma una página más en la gran aventura española en América. Ha descubierto todo un mundo. Un paraíso que fascina y sigue fascinando hoy.

STOP Leyenda Negra (II)

     Hace tiempo hablábamos en PLAYMOGUARDIAN sobre la persistente Leyenda Negra española, ese conjunto de fake news en torno al pasado de España, orquestado por envidiosos de fuera (y por desgracia también de dentro). La locura en la que ha derivado el "movimiento" Black Lives Matter sacó de nuevo a flote esta patraña y la tomaron (blancos en su mayoría los que lo hicieron, no precisamente negros...) con estatuas de supuestos esclavistas, entre ellos ¡Cervantes! 

    Pero no he abierto esta entrada para hablar de esa locura, sino de algo que demuestra que la Leyenda Negra estuvo muerta durante años hasta que las locuras mediáticas, orquestadas quién sabe por quién, la resucitaron. Y no tenemos que remontarnos a hace siglos, sino a finales de los 80 y principios de los 90. En aquel tiempo gobernaba en España un partido llamado PSOE, aquel mismo que, años más tarde, hablaba de "alianza de civilizaciones", "diálogo con los independentistas", indulto para los golpistas y quitar el delito de sedición. Pero en aquella época era un partido que celebraba sin miedo un acontecimiento único: el 5º centenario del descubrimiento de América de 1992. Es decir, eran políticos de izquierdas que no tenían ningún problema en decir la palabra "descubrimiento" (impensable hoy).

    Llegó la hora de celebrarlo por todo lo alto con la Expo de Sevilla, un acontecimiento internacional. Pero no solo en la Expo. Toda España se volcó en conmemorar el aniversario de la llegada de Colón a América, aquel momento en el que España hizo historia al aventurarse más allá del Atlántico. A mí me pilló muy pequeño aquella época, pero recuerdo el merchandaising de Curro, la mascota de la Expo, y la serie de dibujos animados sobre Colón que el programa infantil Pinnic ponía por las tardes.

    Fue de esta manera como yo y otros niños oímos hablar por primera vez de Colón. Y ninguna escuela adoctrinadora lo llamaba "opresor imperialista". Los catalanes sacaban pecho de su estatua en las Ramblas ¡sí! E incluso aclamaban al entonces príncipe Felipe (como príncipe de Gerona) cuando desfiló como abanderado del equipo olímpico español en Montjuic. Se hicieron reproducciones incluso de las carabelas de Colón:

    Llegó la película de Ridley Scott sobre el almirante y su inmortal banda sonora de Vangelis: 1492 La conquista del paraíso. En resumen, se respiraba buen rollo, y ,aunque pueda parecer demasiado nostálgico, había calidad en todo lo que se hacía y no había complejos ni complejismo. 

    La televisión se volcó, como no podía ser de otra forma, con el 5º centenario. No solo en esa serie de Colón, sino también en otra estupenda llamada Érase una vez las Américas. Y tampoco hay que olvidar a Las mil y una Américas. 

Pero en este caso, quería hablar sobre todo de Aventura 92:

    

    Este proyecto fue creado a petición del rey Juan Carlos I (sí, al que ahora se supone que tanto debemos odiar...), con el cerebro del gran Miguel de la Quadra Salcedo y el patrocinio de Banesto, con motivo del aniversario para recrear los viajes de Colón por parte de jóvenes de España y los países iberoamericanos (aunque también se sumaron gente de EEUU y Rusia). Era un ambicioso programa cultural en el que los jóvenes aprendían sobre la colonización de América, las culturas precolombinas, naturaleza y nuevas amistades. Para acceder a una plaza en el barco-escuela que les llevaba a América debían hacer un trabajo sobre temas americanos. Si eran seleccionados, pasaban a concursar en un programa de TVE, presentado primero por Inka Martí y luego por Verónica Mengod, en el que se les preguntaba por temas de América. Los ganadores conseguían el fabuloso premio de embarcarse hacia la aventura.

    Ver hoy el programa en los vídeos colgados en YouTube es un lujo. Lujo por ver la calidad que todavía tenía la televisión española en aquella época. Época en la que había libertad absoluta para que Martes y Trece soltasen palabras hoy día prohibidas por la nueva inquisición. Qué cosas... Solo ver el plató de Aventura 92, con la música de La misión como sintonía nos hace pensar en cómo se volcaban en favor de los niños y jóvenes, pues recreaban el camarote de Colón. Miguel de la Quadra explicaba, junto a su colega César Pérez de Tudela, otro grande, las aventuras del almirante y los que le sucedieron: Cortés, Pizarro, Coronado... Y todo ello nos mostraba el orgullo que por aquel entonces teníamos por nuestra historia. Y escuchar a De la Quadra y a Pérez de Tudela era como ver a algunos de aquellos exploradores del pasado, a nuestros antepasados. Pues antepasados de todos nosotros eran. Y de todos los sudamericanos (de ellos más) que participaron en Aventura 92.

    Los jóvenes ganadores embarcaban en el Guanahani, el barco-escuela que les llevaba a repetir los viajes de Colón: uno por año.

    Resulta curioso ver a las autoridades de la época hacer discursos en los que rememoraban a Colón y al descubrimiento, donde el delegado del gobierno decía que "todos los españoles son más españoles cuando descubren América. Como no podemos mandar a 40 millones de españoles a América mandamos una representación". Y hasta inauguraban una estatua del almirante en Canarias ¡Imagináos hoy a los del PSOE haciendo todo eso!

    Aventura 92 fue todo un éxito. Con el tiempo pasó a llamarse Ruta Quetzal y duró hasta 2007, aunque se quedó como un simple campamento de verano hispano-americano.

    Eran otros tiempos. Otros tiempos que no estaban infectados por la tontería ni el complejismo. Donde la Leyenda Negra era algo derrotado. En recuerdo de aquellos tiempos digamos de nuevo: STOP Leyenda Negra.