Las Columnas de Hércules

 

            Tras haber partido de Masalia, el barco de Piteas prosigue su viaje. Están en aguas del Mediterráneo occidental, cerca de la costa de Iberia:

Élato, el timonel, mantiene el rumbo oeste:

    Al fin, divisan el peñón de Calpe, hoy llamado Gibraltar: una de las dos Columnas de Hércules. Los vientos aportan gran velocidad a la nave, pero si son descubiertos por los cartagineses todo habrá terminado:

    El barco se aleja de Calpe ¡Lo han conseguido! Han desafiado el bloqueo cartaginés, han atravesado el estrecho y ahora navegan ya por aguas del mar Océano: el Atlántico. 

    Piteas y sus hombres dan gracias a los dioses. Pronto divisarán el Cabo Sagrado (cabo de San Vicente) y virarán de rumbo: norte. La primera parte del viaje ha concluido bien ¡Rumbo a las Islas Casitérides!

Amenaza sobre Pondicherry Lodge

 

  Sherlock Holmes, Watson, Mary Morstan y Tadeus Sholto, el autor de la misteriosa carta, llegan a Pondicherry Lodge: la mansión familiar de Sholto, en Upper Norwood, y actual residencia de su hermano Bartholomew. Pero el señor McMurdo, el mayordomo de la mansión, se niega a dejar entrar a Holmes, Watson y Mary, pues no ha recibido órdenes expresas de Bartholomew:

    Holmes le dice a McMurdo que no son desconocidos, pues él le ganó en tres asaltos en un combate de boxeo benéfico. McMurdo lo recuerda, ríe animado y les hace pasar:

En ese momento, una asustada criada grita mientras baja las escaleras a toda velocidad: 

Les explica que el señor Bartholomew Sholto se ha encerrado en su cuarto y no responde:

    Tadeus, acompañado de Holmes, Watson y McMurdo, sube corriendo las escaleras. Mary se queda en el piso inferior para tranquilizar a la criada:

La puerta de la habitación está, efectivamente, cerrada con llave. La echan abajo y consiguen entrar. Contemplan impactados la escena: Bartholomew Sholto yace muerto en un sillón:

Watson comprueba que Bartholomew está muerto. Pero... ¿qué es eso?

    Holmes saca su lupa y observa: hay una espina clavada en la cabeza de Bartholomew. Una espina envenenada, causante de la muerte. Y hay algo más. El fallecido sostiene un papel en el que figura de nuevo el misterioso signo: ++++ ¡El signo de los cuatro!

Tadeus está asustado: ¡el tesoro de Agra ha desaparecido del altillo!

He aquí un misterio que solo Holmes puede resolver:

La 14ª es nuestra

 

    Parece que fue ayer cuando el Real Madrid se alzaba con la 13ª copa de Europa en Kiev. Hace 4 años de aquella gran noche, 4 años en los que muchas cosas han cambiado, empezando por Kiev, que vive hoy la terrible guerra contra Rusia. Pero el destino quiso que esta final de 2022 fuese un viaje en el tiempo:

    Amanecía el 28 de mayo (un mes que ha venido repleto de cosas buenas) de 2022 como aquel 26 de mayo de 2018. Su Majestad el rey Don Felipe VI presidía el desfile del Día de las Fuerzas Armadas en Huesca y poco después partía hacia París. Allí, en la ciudad de la luz, se iba a disputar la final de la champions: Real Madrid-Liverpool. Igual que hace 4 años.

    La semana parecía poner obstáculos al Madrid, después de su histórica remontada ante el Manchester City. Esta vez Salah no estaba lesionado y la renuncia de Mbappé a fichar por el Madrid agitaba las sombras contra el club blanco. Pero la esperanza quedaba en repetir la hazaña de 2018 con Benzemá como valor seguro.

    La primera parte empezaba con un retraso de 15 minutos por ciertos hinchas del Liverpool que intentaban colarse sin entrada al estadio. Los reds dominaron con rápidos contraataques y varios tiros a puerta que Courtois salvó una y otra vez. Hasta que llegó el gol de Benzemá. Ilusión que duró apenas tres segundos cuando el árbitro anunció que quedaba en manos del VAR. Y así fue, solo que el VAR tardó una eternidad en responder... que el gol quedaba anulado. La alegría blanca se disipaba y entramos en el descanso.

    En la segunda parte, los del Liverpool no parecían tan cansados como era de esperar. De pronto, Valverde se hizo con el balón y tras una carrera relámpago lo pasó a Vinicius, que marcó, ahora sí, el esperado gol.

    En el resto de la segunda parte, el Real Madrid intentó buscar un segundo gol, pero no llegó. El destino ofrecía otro viaje en el tiempo: a 1998, en este caso, al resultado de la séptima. Y ese resultado fue 0-1. Se anunció los minutos añadidos: 5. Había que impedir el gol del Liverpool como fuera: y se consiguió. El árbitro pitó el fin del partido ¡Victoria!

    Sí, victoria blanca de nuevo ¡La 14ª es nuestra! Nuevo récord para el Real Madrid. Llegó la euforia del triunfo. El capitán, Marcelo, levantaba con emoción la copa de Europa.

    Emoción que no se disimulaba, pues esta era la despedida de Marcelo. Emoción compartida por sus compañeros y en especial por Benzemá y Courtois. El francés aspira ahora al balón de oro. El belga, por su parte, héroe evidente del partido, veía la recompensa por su esfuerzo.

Fiesta grande y blanca en París. Fiesta que continuará esta noche en la Cibeles.

¡HALA MADRID!

Librería romana

   En la antigua Roma son muchos los que acuden a las librerías. Allí no solo pueden encontrar libros muy buscados, sino reunirse y conversar acerca de sus conocimientos.:

    Las librerías romanas se dividían en tienda; taller, en el que se almacenaban materiales: pergaminos, papiros... y una sala en la que trabajaban los copistas. Los papiros se escribían por una sola cara. Una vez, terminados se enrollaban y se guardaban en un estuche de piel con el título del libro (agradezco a los colegas de Aesclick la idea de las estanterías).

Al norte de Utah (II)

  Volvemos a ver a un viejo conocido de Playmoguardian: el trampero Malachy "Alce Rojo" Bowers. Lo habíamos dejado en su cabaña en tierras de Utah:

   A Bowers parecen marcharle bien las cosas. Con su caballo y su mula se dirige al puesto más cercano  para vender sus pieles:

¡Desarbolad ese barco!

    Desde la cofa del Intrepid marineros y royal marines disparan hacia el Triton:

    Una partida ha quedado a la defensa del castillo de proa. El capitán les grita una orden: ¡hay que desarbolar el Triton al precio que sea! La orden es escuchada:

¡Y el cañón dispara! El trinquete cae a estribor y con él los marineros y vigías de las jarcias:

   Los ingleses gritan ya por su victoria. El capitán Blyton, secundado por Lewis y Tower, llega hasta el alcázar del Triton y exige al capitán Lavois que se rinda:

 El que se mostrara altivo hace solo unas horas atacando al Intrepid, tiene que decidir ahora si se rinde:

Guerra de los Cien Años: Franceses

   Tras ver el ejército inglés en este conflicto, pasamos a visitar el campo francés. En este siglo XIV la evolución del armamento, las armaduras y la maquinaria de guerra es notable:

    Había que aprovechar, naturalmente, la heráldica con flores de lis disponible. El bacinete y la barbuta son frecuentes en el bando francés:

    Este yelmo con ese gran penacho es uno de los más vistosos de Playmobil, pero hasta ahora no lo había sacado en ninguna entrada:

Rusia entra en la guerra

 1914. Rusia entra en la I Guerra Mundial. Hasta julio, el zar solo había ordenado la movilización general ante la petición de ayuda de su aliado: Serbia. Esta ha recibido un ultimátum del Imperio Austro-Húngaro, quien la acusa del asesinato del archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía en Sarajevo. Alemania, aliada del Imperio Austro-Húngaro, declara la guerra a Rusia. De nada sirve que el zar y el káiser Guillermo II (por cierto, tatarabuelo de nuestro rey Felipe VI) sean primos. Rusia entra en la guerra del lado de la Entente (junto a Francia y Gran Bretaña). La población rusa lo celebra:

Los soldados rusos marchan al frente aplaudidos por la población:

Piteas de Masalia

    1800 años antes de que Colón se lanzara a navegar hacia el otro lado del Atlántico otro navegante se adentró por un mar desconocido. 

    Masalia (Marsella), colonia griega en la costa mediterránea de la Galia, siglo IV a.C. Los fenicios y sus descendientes cartagineses controlan el monopolio del comercio del estaño en el Mediterráneo. Lo extraen de las minas de las Islas Casitérides, desconocidas para los europeos en esa época. Con el control de este comercio, los cartagineses impiden que nadie llegue a esas remotas costas al impedir que ningún barco no fenicio atraviese el estrecho de Gibraltar, conocido por los griegos como las Columnas de Hércules. Pero hay un navegante griego que está dispuesto a desafiar la prohibición: Piteas de Masalia.

    Al igual que Colón, Piteas ha conseguido reunir una tripulación dispuesta a lanzarse a un viaje tan peligroso. Entre ellos, el sabio Hipómenes, matemático y físico, una ayuda imprescindible para realizar nuevos mapas de tierras desconocidas. Él tiene mapas de navegantes griegos que lograron contactar con Tartessos, pasando las Columnas de Hércules:

    Piteas ha conseguido también un buen barco. Su patrón, Deucalión, confía en poder sacar beneficios del estaño, si consiguen llegar a esas islas, como pretende Piteas. Junto al oficial, Aristeo, supervisa los preparativos del viaje:

    Para un viaje tan largo es necesario cargar la bodega del barco con víveres suficientes, además de los que puedan conseguir en las escalas que realicen:

    Ha llegado el momento de la partida. El barco zarpa del puerto de Masalia con rumbo suroeste. Antes de zarpar, la tripulación ruega a Poseidón, dios de los mares, que proteja a la expedición. Van a lanzarse a lo desconocido, como Jasón o Ulises. Desde la proa del barco, Piteas contempla el horizonte. La suerte está echada. El viaje hacia lo desconocido ha comenzado:

La ayuda de los tuscaroras

 

        Igual que los lealistas intentan atraer a su causa a los indios, también los colonos insurrectos quieren contar con la ayuda de los pieles rojas. André Leblanc, el trampero que se ha unido a los rebeldes, conoce varias lenguas indias y ha conseguido atraer a los indios tuscaroras a la causa:

Los tuscaroras destacan por su gran valor y saben seguir rastros:

André sirve de intérprete entre los tuscaroras y los oficiales insurrectos: