Prestación de homenaje

 Tras su regreso de las Cruzadas, el señor del castillo se pone al frente de los asuntos del feudo. En este caso, un miembro de la baja nobleza desea ponerse bajo su protección: desea convertirse en su vasallo. La ceremonia por la que pasa a convertirse en tal tiene lugar en el gran salón, en la torre del homenaje. El clérigo Guibert, capellán y consejero del conde, ejerce como testigo:

   El contrato de vasallaje no se hace por escrito. Es un juramento que solo necesita la presencia de testigos. El vasallo pide al señor ponerse bajo su protección. A cambio, el vasallo deberá ayudar al señor en lo que éste vea necesario. Por ejemplo, ayudarle si se ve metido en un conflicto, entregar una suma cuando su hija se case o su hijo sea nombrado caballero, aconsejarle, etc. A cambio, el señor le defenderá si es atacado o si le acusan de un delito:

  Aceptado el homenaje, el vasallo pone sus manos entre las del señor, como gesto de acuerdo:

 Para sellar el acuerdo, el vasallo jura su compromiso de lealtad ante un objeto sagrado, en este caso, una Biblia:

Domus romana

   Una domus era una vivienda urbana en la antigua Roma, de un solo piso, con varias dependencias. Eran las viviendas de los patricios y de la clase alta en general. De a cuerdo con el nivel o status de cada familia eran más o menos lujosas. El equivalente de las domus en el campo eran las villas.

    Esta domus pertenece al patricio Lucio Aelio Sabino:

   Las domus se organizaban en torno a dos patios: el atrium, delante, donde estaba el impluvium para recoger el agua y alrededor del cual se distribuían las estancias, y el peristylum, patio trasero ajardinado de recreo.

Lucio se encuentra en el vestibulum o entrada a su domus. Da instrucciones a uno de sus esclavos:

     Su esposa Flavia y sus hijos se encuentran en el triclinium: el comedor o estancia donde se servían las comidas y se celebraban las reuniones.

En esta estancia están las sillas y los triclinios o camas para la comida sobre un suelo de mosaico:

Una esclava les sirve la comida al matrimonio:

A la caída de la tarde, Lucio y Flavia reciben invitados en la domus:

El caballo de hierro

  Colinas Negras, 1868. El ejército de los Estados Unidos supervisa los trabajos del tendido ferroviario que unirá el oeste con el este del país. El presidente Andrew Johnson tiene especial interés en este proyecto que traerá el progreso para muchas zonas desoladas. 

   Este ingeniero de la Union Pacific da las indicaciones precisas para llevar a cabo la construcción de este tramo de la vía férrea.

Creo que la atención de este post se la lleva toda este soldado con capote:

     ¡Los indios! El jefe Bisonte Rojo, acompañado por algunos guerreros sioux, ha venido para hablar con los casacas azules:

    El jefe dice que el "caballo de hierro", como llaman los indios al ferrocarril, invade sus territorios de caza. Una guerra puede surgir de este problema...

Acción de Gracias

  Colonia de Nuevo Plymouth, actual estado de Massachusetts, 1621. El primer Día de Acción de Gracias de la historia. Los colonos ingleses celebran la primera cosecha desde que se instalaron en la colonia. Comparten sus bienes con los indios de la tribu de los wampanoag, los cuales les han ayudado a cultivar la tierra con cultivos locales: maíz, patatas...

    Estos colonos son los llamados Padres Peregrinos, pues están considerados los fundadores de lo que un siglo después será Estados Unidos. Este grupo de puritanos, que habían roto con la Iglesia Anglicana, motivo por el cual eran perseguidos, habían embarcado en el navío Mayflower un año antes. Partieron del puerto de Plymouth en busca de una tierra en la que asentarse y vivir su fe en libertad. Una nueva Tierra Prometida.

    En memoria de aquella fiesta de la cosecha, celebrada por los colonos y compartida por los indios, los estadounidenses celebran el Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day), el último jueves de noviembre. Una fecha que actualmente es una de las más importantes en el calendario del país de las barras y estrellas. Y esta fiesta cumple hoy sus 400 años de existencia:

    Pero ¿fue realmente aquel Día de Acción de Gracias el primero que se celebró en suelo americano? En realidad, la primera vez que los colonos europeos celebraron una ceremonia de Acción de Gracias y compartieron sus bienes con los indios se hizo... bajo la bandera española. Y no en noviembre, sino el 8 de septiembre de 1565, en Florida.

    Todo empezó con el intento de los franceses de tomar Florida, zona explorada ya y reivindicada por España. Los franceses fundaron Fort Caroline. Como enemigo de Francia, el rey Felipe II ordenó al asturiano Pedro Menéndez de Avilés tomar este asentamiento y reconquistar así Florida. Los españoles lo consiguieron con la ayuda de los indios timucua y fundaron la ciudad de San Agustín: la primera de Norteamérica. Menéndez de Avilés y sus hombres celebraron una comida de Acción de Gracias por la victoria e invitaron a la mesa a sus aliados timucua. 

   Pero volvamos a la colonia de Nuevo Plymouth, donde los colonos están compartiendo los frutos de la cosecha con sus aliados wampanoag:

Calabazas, arándanos, maíz, patatas, pan, tan apreciado por los indios:

   Y no falta el plato estrella: ¡el pavo! Desde aquel día de 1621 es el protagonista del Día de Acción de Gracias:

                                      HAPPY THANKSGIVING DAY FOR EVERYONE!

Refectorio de la abadía

El refectorio de la abadía es la gran sala donde los monjes celebran las comidas:

Siempre siguiendo la regla de la orden y las comidas dictadas para cada día y período del año litúrgico, los monjes se reúnen en torno a la mesa:

En una mesa que preside al resto se sienta el abad, junto a sus dos subalternos:

En el púlpito, uno de los monjes lee un pasaje de la Biblia, mientras el resto come en silencio:

De legionario a optio

     Germania, cerca de Vindobona (actual Viena), 179 d.C. El emperador Marco Aurelio había prohibido a los marcomanos cruzar el Danubio, pero estos han violado la prohibición. La guerra se reanuda:

     El centurión Glabro dirige a su centuria contra los bárbaros. Han logrado situarse en el vado más accesible de la zona, pero los marcomanos están lanzando una poderosa ofensiva:

     Glabro recibe una terrible herida en una pierna y cae. El legionario Licinio corre a socorrer a su centurión, pues está indefenso ante un marcomano armado con un poderoso hacha:

Con su gladio y su escudo, Licinio logra salvar la vida del centurión:

  Roma Vincit! Y terminada la batalla, Glabro es atendido en la enfermería. Hace saber al legado de la XII legión el enorme valor de Licinio. Como recompensa por sus méritos, el legado lo nombra optio. Ahora, Licinio será lugarteniente de Glabro y podrá dar órdenes a los legionarios:

Doble ración de grog

¡Doble ración de grog para toda la tripulación del Intrepid! Tras lograr sortear los peligrosos bancos de arena, los valientes marineros se merecen un trago. Y también para animar estos largos días de navegación desde que abandonaron Tahití.

  ¡Tres hurras por el capitán Blyton! Desde luego que esta tripulación no tiene ningún deseo de amotinarse, a diferencia de la de la Bounty...

  Estos marineros, que ya habían protagonizado otras entradas del blog, celebran alegres la buena fortuna del Intrepid:

   El marinero Stevenson toca una animada melodía con el violín. Los miembros de la tripulación cantan alegres. El guardiamarina Garvey se une a la celebración:

 

Paracelso

  Paracelso, nombre con el que era conocido Theophrastus Bombastus von Hohenheim, fue un médico y alquimista suizo del siglo XVI. Todavía hoy sigue siendo un personaje extraño, al que la ciencia y la historia no saben clasificar bien.

     Por un lado, Paracelso fue un médico muy adelantado a su tiempo. Fue el padre de la farmacología e insistió en que debía estar al servicio de la medicina. Insistió también en que todo médico debía ser cirujano. Paracelso fue también el que descubrió cómo distintas enfermedades se contraían por el tipo de trabajo realizado o el medio en el que se realizaba. Descubrió el zinc e investigó sus propiedades y las de otros metales.

     Por otro lado, Paracelso tenía un concepto muy arcaico de otras materias. Obsesionado con la alquimia, buscó la Piedra Filosofal: la que transformaría cualquier metal en oro. Paracelso defendía también la astrología como disciplina.

    Quizá la parte más conocida de Paracelso en esta vertiente esotérica fue el hablar por primera vez de los gnomos. Si bien ya aparecen en leyendas nórdicas y medievales, estaban mezclados con la idea de los enanos (y es muy posible que ese sea su origen):

  Paracelso habla de los gnomos en su obra alquímica Liber de Nymphis, sylphis, pygmaeis et salamandris et de caeteris spiritibus. En esta obra, el alquimista suizo plantea que hay seres que habitan cada uno de los cuatro elementos: las ninfas, en el agua; los silfos, en el aire; las salamandras, en el fuego, y los gnomos, en la tierra. 

   Aquí tenemos a Paracelso trabajando en su estudio de Salzburgo. Sus vecinos le temen: creen que es un mago o hechicero. 

    Paracelso consulta libros y tratados de otros alquimistas. En su mesa de laboratorio tiene alambiques y matraces en los que mezcla todo tipo de fórmulas:

Una extraña cita

    Al caer la tarde, Sherlock Holmes, Watson y la señorita Mary Morstan llegan a la casa cuya dirección indicaba la carta que la joven recibió:

Un criado hindú les abre la puerta y les hace pasar:

    El criado les guía hasta un salón decorado con adornos de la India, donde un extraño personaje vestido con ropajes hindúes fuma sentado en el suelo. El personaje se presenta: Tadeus Sholto.

El criado se retira y el señor Sholto les pide a sus invitados que tomen asiento:

    El señor Sholto comunica a la señorita Morstan una triste noticia: su padre falleció. La joven se siente abatida, pero le ruega a su anfitrión que les relate todo lo que sepa.

    Sholto les cuenta que su padre, el capitán Sholto, se retiró a Pondicherry Lodge, en Upper Norwood, en el sureste de Londres, con su criado indio y sus posesiones. El capitán Morstan acudió a entrevistarse con él. Tras una enfurecida discusión, Morstan cayó muerto, víctima de un ataque al corazón. El capitán Sholto y su criado se deshicieron del cadáver.

    Holmes pregunta cuál fue el motivo de la discusión:

    Tadeus Sholto les cuenta que en las Islas Andamán los capitanes Morstan y Sholto, en compañía de otros dos oficiales, se hicieron con un cofre que contenía un valioso botín: el tesoro de Agra. Mediante una artimaña, el capitán Sholto huyó con el botín a Inglaterra. Antes de morir les reveló a sus hijos gemelos, Tadeus y Bartholomew, dónde había escondido el tesoro. Les pidió que entregaran a la señorita Morstan la parte del botín que le correspondería a su padre. Y les previno de que tuviesen cuidado con un misterioso hombre con una pata de palo. Entonces, el capitán Sholto señaló asustado a una sombra en la ventana. Dio un grito y murió.

    Los hermanos Sholto encontraron el tesoro en el altillo de la habitación donde murió su padre. Bartholomew se negó a dar a la señorita Morstan su parte. Por el contrario, Tadeus envió cada año a la joven una perla de un valioso rosario de Andamán como compensación. 

    A pesar de la negativa de su hermano, Tadeus cree que se ha de hacer justicia a Mary: Le pide a esta, a Holmes y a Watson que le acompañen a Pondicherry Lodge para discutir el asunto con su hermano: