Tenía miedo de que Guerra y paz, la nueva adaptación de la BBC de la novela de Leon Tolstoi, fuese peor que la película de King Vidor (1956), pero ha superado a esta con creces.
En primer lugar, al tratarse de una serie permite abarcar mucho más que la película. Personajes como el zar Alejandro I, ausente en la adaptación de Vidor, aparecen en esta cuidada serie. La calidad tanto de la recreación de la Rusia de principios del siglo XIX, en plena invasión napoleónica, y la interpretación de su galería de actores, hace de esta serie un nuevo triunfo para la cadena británica. Sobresaliente.
Guerra y paz nos presenta a la aristocracia de la Rusia imperial en los turbulentos tiempos de la Europa napoleónica. No es solo la mejor adaptación de la obra de Tolstoi, sino que es una de las mejores producciones que han recreado las guerras napoleónicas. Como ya comenté en otra entrada, la campaña de Rusia de 1812 es uno de los escenarios bélicos que más me gustan. Y en la serie está recreado con todo detalle. Las cargas de la caballería rusa, la infantería francesa; todos se enfrentan con un realismo nunca visto en producciones sobre este tema. Los soldados salen volando ante los impactos de los cañones. La sangre cubre los cuerpos de los vencidos. No hay sitio para idealismos hollywoodienses de los años 50. La guerra es la guerra. La paz solo llega al final.
Guerra y paz es mucho más que los amores de Andrei y Natacha, los problemas de Pierre. Es un mundo que tocaría a su fin años después. Es un viaje a la Rusia que temía la invasión de Napoleón. Son los sueños e ilusiones de aquellas gentes que vivieron con la mirada puesta en Europa y en sus propias tradiciones. Guerra y paz es un logro bienvenido.
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