El gobernador de Cuba Diego Velázquez de Cuéllar envía un contingente a México para arrestar a Cortés. Este parte a la costa para enfrentarse a los hombres de Velázquez, capitaneados por Pánfilo de Narváez. Cortés deja a Alvarado al mando de 80 hombres en Tenochtitlán para vigilar a Moctezuma.
Alvarado no se fía de los aztecas. Temiendo una trampa, el hidalgo pacense decide atacarlos mientras celebran una ceremonia en el Templo Mayor:
Esta innecesaria matanza hace que los aztecas comprendan que ni Alvarado es el dios Tonatiuh (el dios azteca del sol) ni Cortés es Quetzalcoatl. A su regreso, Cortés reprende a Alvarado, pues las consecuencias de esta matanza serán desastrosas para los españoles...
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