La caja contiene un oficial romano a caballo (San Martín) que corta una túnica con su espada y un mendigo que pide limosna.
La túnica (en realidad capa) es idéntica a la de San José y a la de los indios. Lo qué no sé exactamente es el sistema para unir las dos piezas de manera que da la impresión de que se corta en dos.
El tema de la caja está sacado de la escena más famosa y representativa de la vida del santo. San Martín, antes de convertirse al cristianismo, era soldado de Roma. Un día de invierno, un mendigo le pide limosna a la puerta de Samarobriva (la actual ciudad francesa de Amiens). San Martín corta la mitad de su capa y se la entrega al mendigo (no podía darle la capa entera porque las normas del ejército romano impedían cambiar o prescindir de parte del uniforme). A partir de ahí la leyenda varía: en un caso se cuenta que Cristo se le aparece en sueños con la mitad de la capa puesta como muestra de aprobación de su caritativo gesto, y en otro se dice que el mendigo era el propio Cristo.
Convertido al cristianismo por San Hilario de Poitiers, Martín llegó a ser obispo de la ciudad galorromana de Civitas Turonorum, la actual Tours. Aunque gran defensor de la fe católica, se opuso a que condenasen a Prisciliano, que resultó ser la primera persona ejecutada por hereje por la Iglesia (algún día hablaremos de este interesante personaje).
San Martín fue el primer santo no mártir de la historia (si no contamos al apóstol San Juan, del se desconoce cómo murió). Nunca se ha explicado la razón de su popularidad, pero el caso es que miles de personas acudían a venerar su tumba en Tours a lo largo de la Edad Media, lo que hizo aumentar, como en Compostela, la riqueza y el prestigio de la ciudad. De la antigua basílica (que tuvo que ser impresionante) no ha quedado más que la tumba, que todavía se puede visitar hoy. El resto fue demolido durante la revolución francesa. La basílica de la actualidad es una reconstrucción neorrománica de finales del siglo XIX:
San Martín es patrón de multitud de pueblos y ciudades. Parte de su popularidad se debe a su festividad, el 11 de noviembre, coincidiendo en muchos lugares con la matanza del cerdo (de ahí la famosa frase "a todo cerdo le llega su San Martín"). Quizá también el hecho de haberse dedicado a la vida militar y la vida religiosa, las dos actividades más apreciadas en el Medievo.
La caja de Playmobil, según leo en google, fue lanzada para la cadena alemana de jugueterías VEDES. El hecho de que se escogiese por segunda vez en la historia de Playmobil a un santo (el primer caso es el de San Nicolás de Bari por el tema navideño que ya comenté en Mad on Playmobil), se explica al ser parte de una tradición infantil sobre San Martín. Es más, Playmobil ha sacado también una caja con este mismo santo, pero con niños:
Cuando lo vi en google creí que se trataba de otra representación más de San Nicolás, pero no. Se trata de la fiesta de San Martín: el Martinstag. Cada 11 de noviembre al anochecer, todas las ciudades y pueblos de Alemania se preparan para la procesión de San martín. Un adulto disfrazado del santo, ya sea como soldado romano o como obispo, abre el desfile seguido por una multitud de niños que portan farolillos de mil formas y colores fabricados por ellos mismos.
La fiesta conmemora el noble gesto de San Martín con el mendigo e invita a los niños a actuar como el santo, como ejemplo de caridad y generosidad.
Una vez más, Playmobil se mantiene fiel a las tradiciones alemanas. Me llama la atención que, aunque los diseñadores han optado por presentar un oficial romano convencional, con el típico casco con "cepillo" y no el que sería habitual en aquel siglo IV (ya el bajo imperio), han querido también ser realistas al mismo tiempo (no podíamos esperar menos de Playmobil): la figura lleva manga larga tanto en brazos como en piernas, a diferencia del resto de romanos de Playmobil, lo cual coincide con el uniforme bajoimperial:
En esta imagen se puede observar que, si bien se mantiene el "cepillo", tanto el casco como el uniforme poseen cambios considerables. Cambios que se aprecian mejor todavía en esta otra imagen:
Lo que me llama la atención, como conclusión, es que Playmobil ha optado en esta caja por mantener tanto parte de la indumentaria real (lo de las mangas que comentaba) como la imagen popular del santo (el episodio de la capa) como la propia tradición germana.
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