Regiones árticas, 1832. Ante la imposibilidad de liberar al Victory de los hielos, Ross ordena marchar a pie en busca de ayuda. Encuentran los restos del Fury, un barco de la expedición de Parry que, como el Victory, quedó también atrapado en el hielo. Allí encuentran víveres dentro de un depósito. Ross da la orden de invernar allí. En la primavera de 1833, Ross y sus hombres botan las chalupas del Fury y ponen rumbo este:
A pesar de la ayuda de los esquimales y de los víveres encontrados, las posibilidades de supervivencia son escasas en esta situación. Ross mantiene viva la esperanza entre sus hombres. En agosto alcanzan el estrecho de Lancaster. A través de este, llegan al mar de Baffin:
De pronto, un día, divisan un barco en lontananza. Es el ballenero inglés Isabelle, casualmente uno de los navíos con los que viajó Ross en su primera expedición ¡Están salvados!
Ross y sus hombres son recogidos por el Isabelle. No han conseguido llegar al Polo Norte geográfico, pero han descubierto el Polo Norte magnético y han abierto el camino para nuevas expediciones al Ártico.
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