Hoy, Miércoles de Ceniza, se inaugura el período de Cuaresma (del latín quadragesima, "cuarenta días"). Como es sabido, comprende los cuarenta días anteriores al Jueves Santo, aunque no oficialmente terminaría el Domingo de Ramos, con el cual comienza el siguiente período: la Semana Santa . El calendario litúrgico parte de ese miércoles justo después de carnaval. Algo mucho más ancestral que el simple hecho de ir a la iglesia a que el sacerdote nos imponga la ceniza y nos diga: "Conviértete y cree en el evangelio". Este período está presente no solo en las iglesias católica y ortodoxa, sino también en la mayoría de las protestantes. Podemos incluirlo, por lo tanto, como manifestación, aunque simbólica, de la esperanza mesiánica.
El período de Cuaresma es, en principio, un tiempo de preparación espiritual. Se predica la realización de buenas acciones, la renovación del cristiano para acoger al Salvador. Un período de arrepentimiento, de propósito de cambio. Es, por lo tanto, similar en varios aspectos al Adviento. Tanto en la Cuaresma como en el Adviento se habla simbólicamente del “camino” que los creyentes han de preparar a Cristo. Esta simbología proviene de la predicación de San Juan Bautista . Ese camino o senda que se ha de preparar ha de estar limpio, sin “piedras” que lo obstaculicen. Es el camino interior de cada uno de los fieles, no muy diferente de las religiones hindú y budista.
En el período de Cuaresma se conmemoran los cuarenta días que, según los evangelios, permaneció Cristo meditando en el desierto tras su bautismo. Naturalmente, este episodio no está ligado cronológicamente a su pasión (habría sucedido al menos tres años antes de su arresto y muerte). Pero la tradición lo sitúa en esos cuarenta días para resaltar ese período de meditación antes de emprender su vida pública.
La Cuaresma se celebra oficialmente desde el siglo IV, cuando la Iglesia la aprobó. La fecha varía de un año a otro, pues depende de la celebración de la Pascua judía: el Pesaj. Y ésta, a su vez, se fija mediante un calendario lunar, de ahí su carácter variable.
A diferencia de la Navidad, la Cuaresma no tiene un pasado pagano, pero sí agrícola. Es el período que comienza al terminar el, en este caso sí pagano, carnaval. Tras el tiempo de excesos de éste, la Iglesia predicaba y predica un tiempo de penitencia, conversión y preparación para la Semana Santa. Un período de reflexión. Para contraatacar aquellos excesos, la Iglesia abogaba por un ayuno para la población. Las diferencias entre ambos períodos quedaron reflejadas en varias sátiras en la Edad Media, como es el caso del Arcipreste de Hita en el Libro de Buen Amor, o ya en la Edad Moderna, El combate entre Don Carnal y Doña Cuaresma de Peter Brueghel el Viejo:
La dieta marca este período más que ningún otro en el calendario católico: comer pescado, sopa... el menú típico que podríamos encontrar en aquellos monasterios medievales. Por suerte quedan las torrijas...
PREPARE YE THE WAY OF THE LORD!
Estupendo post!...como siempre que nos hablas de estas tradiciones y/o celebraciones...
ResponderEliminarComo siempre ¡gracias!.
Gracias a ti, Uricann :)
ResponderEliminarCreo que los siguientes te van a gustar