Estos días estoy viendo una serie británica de la BBC: Jonathan Strange & Mr Norrell. Es sin duda la serie inglesa más rara de las que he visto. Situada en Inglaterra a principios del siglo XIX, mientras Napoleón amenaza con apoderarse de toda Europa, cuenta la historia de dos magos que intentan demostrar que su "ciencia" es más real que la que ofrecen los ilusionistas y charlatanes callejeros. El gobierno acaba contratándolos para ayudar al ejército a luchar contra los franceses.
Basada en la novela de Susanna Clarke, la serie es básicamente una ucronía, y no lo es, al mismo tiempo, ya que tampoco cambia los hechos históricos. Simplemente viene a proponer que Napoleón fue derrotado gracias a la labor de estos magos. Así, podemos ver cómo unos barcos salidos de la nada logran romper el bloqueo francés en el canal de la Mancha, o una misteriosa niebla ayuda a los soldados británicos mandados por el duque de Wellington a vencer a los franceses en suelo español. Y no solo eso. También vemos a las estatuas de la catedral de York cobrar vida, personas resucitadas y telecomunicaciones a través de platos y otros utensilios.
La serie derrocha imaginación y tiene unos escenarios y una ambientación muy logrados. Consigue transmitir la sensación de que nos encontramos en ese Romanticismo del Frankenstein de Mary Shelley y del Fausto de Goethe. Hay lánguidas damas vestidas de blanco que parecen haberse escapado de algún terrorífico cuento de Edgar Alan Poe. Conexiones con seres del más allá, o quizá de otra dimensión. Los actores son geniales y muy bien escogidos, como siempre en estas series inglesas.
La parte menos lograda, y la más aburrida, es en la que aparecen más estos últimos, ya que no logro ver su conexión con el desarrollo de la trama y la estropean bastante, en mi opinión.
Aunque con algunos defectos, como digo, Jonathan Strange & Mr Norrell es una apuesta interesante por combinar el Romanticismo inglés, la marina británica y las Guerras Napoleónicas con lo fantástico. La idea habría seducido a aquellos autores románticos. Habría sido como ver a Sharpe y a Jack Aubrey (el capitán de Master and Commander) luchando ayudados por la magia. Como los ejércitos de Rohan y Gondor con la ayudita extra de Gandalf.
Y, salvando las distancias, tampoco es una idea nueva. Y no me refiero al caso de Gandalf. La idea de un mago ayudando a Inglaterra a vencer a sus enemigos estaba ya en La bruja novata. Es cierto que la simpática Eglantine Price no tenía el envoltorio épico de esta serie, pero empleó su magia para derrotar a los nazis, en la escena de la memorable batalla final en la que las armaduras y uniformes de toda la historia de Inglaterra se enfrentaban a los invasores alemanes.
FOR ENGLAND AND ST GEORGE!
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