viernes, 25 de septiembre de 2020

Un pacto de hace 32000 años

 
    En algún lugar de Europa, hacia el año 30000 a.C. El hemisferio norte todavía se halla en la glaciación Würm. El hombre y el lobo son rivales en la caza.



 Un cazador observa los movimientos de un lobo, su táctica para atacar a sus presas. Si pudiera usar esa fuerza y esa destreza a su favor, mejoraría sus cacerías:



       El lobo merodea cerca del poblado. Se le odia y se le teme, pero este cazador sigue obervándole. Descubre que el lobo come los restos de comida que los miembros de la tribu han dejado en las proximidades. Días después, es el propio cazador el que coloca esos restos para atraer al lobo:



     Tras semanas y semanas de paciencia, el cazador logra que el lobo se confíe. Tiempo después, el lobo sigue al cazador, pues sabe que podrá sacar algo. Y así, de lo que abate el cazador, le entrega una parte de la carne al lobo. Pasa el tiempo y hombre y lobo ya van juntos de caza. Gracias al olfato del lobo, el cazador sigue el rastro de presas a las que antes no habría llegado a encontrar:










     Pasa el tiempo, y el lobo vive cada vez más cerca de la tribu. Y el cazador descubre que el lobo es también un buen guardián para defenderles contra los depredadores. Un pacto acaba de ser sellado.




        Pasan los siglos y el lobo que aceptó el pacto del hombre va cambiando en su forma y comportamiento hasta convertirse en perro. Es ya uno más de la tribu y los cazadores ya no entienden su día a día sin él:







2 comentarios:

  1. Ya sabes lo que me pierde la serie prehistorica, que pasada y que buenos momentos da, que pena que no saquen nuevas cosas

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    1. Ha dado piezas muy buenas que nos siguen sirviendo para distintas temáticas.
      Saludos

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