Aquí estamos de nuevo. Espero que todos los seguidores del blog hayáis pasado un buen verano dentro de lo que las medidas anti-coronavirus han permitido.
Para inaugurar este regreso, empezamos con la exposición de Playmobil que Aesclick y otras asociaciones nos ofrecen cada año en la localidad soriana de Garray desde 2017. Estas exposiciones han estado dedicadas siempre a recrear una batalla de la Antigüedad (recordemos Numancia en 2017, Termópilas en 2018 y Alesia en 2019). Misteriosamente, este año han optado por una batalla de la Edad Media: la de las Navas de Tolosa (1212).
Para inaugurar este regreso, empezamos con la exposición de Playmobil que Aesclick y otras asociaciones nos ofrecen cada año en la localidad soriana de Garray desde 2017. Estas exposiciones han estado dedicadas siempre a recrear una batalla de la Antigüedad (recordemos Numancia en 2017, Termópilas en 2018 y Alesia en 2019). Misteriosamente, este año han optado por una batalla de la Edad Media: la de las Navas de Tolosa (1212).
Ignoramos el por qué. El mismo misterio que supone el por qué se ha realizado en un tiempo en el que otras exposiciones y eventos han sido suspendidos. Otro misterio es por qué no ha recibido la misma promoción que las anteriores. En fin, tampoco vamos a dedicarnos a indagar en algo que no lleva a ningún lado. Lo que hay que hacer es agradecer a la asociación Tierraquemada, al ayuntamiento de Garray y a la diputación de Soria que sigan apostando por esta iniciativa para fomentar el turismo y la Historia entre grandes y pequeños (por cierto, que a pesar del coronavirus la provincia de Soria ha registrado un número de visitas enorme ¡Felicidades!).
Todos conocéis la historia de la batalla de las Navas de Tolosa. La expedición liderada por el rey Alfonso VIII de Castilla (nuestro pequeño rey soriano) contra el imperio almohade contó con la participación de otros dos reyes: Pedro II el Católico, de Aragón, y Sancho VII el Fuerte, de Navarra y las tropas de todos estos reinos (por eso, fuera de España, esta batalla es conocida como "la batalla de los Tres Reyes") . Los reyes Alfonso IX de León y Alfonso II de Portugal, es decir, los otros dos reyes de la Península, no acudieron, pero enviaron tropas.
Además, participaron las órdenes militares y los llamados caballeros ultramontanos: de más allá de los Pirineos. Es decir, caballeros franceses, italianos, etc. Al proclamar el papa Inocencio III la batalla como cruzada, fueron muchos los caballeros que acudieron a España para ganarse la bula papal. Y, además, un participante imprescindible: Rodrigo Jiménez de Rada, arzobispo de Toledo. Su testimonio, luchando al lado de Alfonso VIII, es esencial para conocer la batalla. Batalla que, como sabemos, supuso la victoria de los cristianos, la derrota de los almohades y con ellos toda la España musulmana. Desde aquel emblemático día 16 de julio de 1212, los reinos de taifas jamás volverían a ganar ninguna batalla y la Reconquista logró alcanzar Andalucía.
Así que aquí tenéis las fotos que realicé en esta exposición:
En primer lugar, la vista desde la colina del campamento castellano-navarro-aragonés:
Personalmente, veo muchas armaduras de colorines brillantes y armamento no existente en 1212 ¿Soy demasiado purista? Yo creo que no, pero yo no pondría bacinetes y celadas para esta batalla:
La gracia fue ver a algunos de estos caballeros ultramontanos con el escudo de Ferrari, el de Bacardi y el de Fontecelta, entre otros:
El misterioso pastor que según la leyenda piadosa guió a las tropas cristianas por Sierra Morena:
El campamento castellano... y uno de los "gazapos": pizzas ¿Regalo de los caballeros italianos?
La carga de los tres reyes, seguidos por el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada (¡Sí, es San Nicolás a caballo! 😀) y la caballería de los tres reinos, además de caballeros leoneses, portugueses y de las órdenes militares:
El choque de los dos ejércitos. Los templarios lanza en ristre:
En dicho choque podemos ver los distintos cuerpos y destacamentos dentro de cada bando:
Vista de cerca de la vanguardia con los tres reyes en cabeza: Pedro II de amarillo (yo no habría escogido esa armadura bajomedieval), Alfonso VIII de rojo y Sancho VII de blanco, armado con un mangual o maza de cadena (un arma que he usado poco en los dioramas del blog, pero que espero usar más en el futuro). Tras ellos, el mencionado arzobispo y caballeros templarios, hospitalarios, de Santiago, de Calatrava, de Alcántara y portugueses:
Las tropas aliadas llegando a la tienda del Miramamolín. La escena famosa en la que el califa ordena defender su tienda (en la foto, con techo azul) poniendo a esclavos negros (los llamados imesebelem) encadenados alrededor de ella. Si os fijáis, a la derecha de la entrada de la tienda está el estandarte del Miramamolín, capturado por los cristianos y que hoy se custodia en el Real Monasterio de las Huelgas de Burgos:
La historia que nos ha llegado es que el rey navarro logró llegar con sus caballeros y cortar las cadenas. El Miramamolín, al verse derrotado, huyó a Jaén.
Las cadenas se custodian en la colegiata de Roncesvalles y son, según la tradición, el origen del escudo de Navarra:
Pero la mayoría de los historiadores cree que se trata de una leyenda posterior. Sostienen que fueron las tropas castellanas y aragonesas las que lograron tomar el campamento almohade. Sostienen, además, que el origen de las cadenas de Navarra no está en la batalla, sino en los remaches de los escudos medievales y que ya Sancho VI el Sabio, padre y predecesor de Sancho VII, lo usó en una forma "primitiva":
Sabemos que Sancho VII usaba el águila negra (el arrano beltza), o de sable en términos heráldicos, como escudo (y así aparece en el diorama), aunque se desconoce el color del campo. El más aceptado es de gules (rojo).
Si tomamos como falso el origen tradicional del escudo con lo de las cadenas, no deja de ser curioso que Teobaldo I, sobrino y sucesor de Sancho VII, las incluya ya en su escudo ¿Son una evolución del escudo de su abuelo o quiso homenajear a su tío? Aquí tenemos dos explicaciones posibles.
Siguiendo con el diorama, otro detalle de las tropas almohades. Me gustan especialmente los soldados de negro con el escudo de la media luna:
Y a continuación, más detalles de todo el diorama: caballeros navarros con el águila negra y portugueses.
Diego López de Haro, señor de Vizcaya, con su escudo de los lobos negros, y su hijo Lope, mandando la vanguardia castellana. Junto a ellos, caballeros leoneses y de las órdenes militares:
Aquí, el guiño de nuestro colega David Ormazábal, que este año no ha podido organizar su exposición del oeste en Golmayo, pero a quien enviamos un abrazo desde Playmoguardian: un explorador indio y dos soldados norteamericanos del 7º de caballería, salidos de la batalla de Little Big Horn.
Misa de campaña en el campamento cristiano:
Como veis, una iniciativa genial nuevamente y que ha logrado colaborar en fomentar el turismo a pesar de las limitaciones impuestas por la pandemia.
Vaya entrada tan espectacular has empleado para la vuelta de la vacaciones, clicks e historia, una combinación que no falla.
ResponderEliminarMuchas gracias, Antonio. Me alegro que te guste.
EliminarUn abrazo
Espectacular!!!
ResponderEliminarGracias por los comentarios
Eliminar