Volvemos a Dawson City, la ciudad de la fiebre del oro. En esta ocasión, se trata del banco de la ciudad, donde los buscadores de oro acuden para cambiar sus hallazgos:
Los aventureros de Alaska y Canadá cambian su oro en pepitas o en polvo. El encargado lo pesa en una balanza (lástima no tener una de Playmobil) y entrega el equivalente en dólares:
Se puede sacar mucho o poco. Depende de los claims y de la competencia. Los más previsores volverán a sus lugares de origen o comprarán un gran terreno, montarán un negocio... Pero la mayoría parece preferir gastarlo en Eldorado.
Parece que ha habido suerte ¡Una ronda para todos!
Los mineros y la fiebre del oro son en verdad un tema clásico por excelencia dentro del western.
ResponderEliminarBuenas figuras ! Hay un poco de todo, antiguo y moderno.
Un gran tema
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