Dentro del tema de los tercios españoles hay un punto imprescindible que es el de los suministros. Dejemos que sea Geoffrey Parker en su obra esencial, El ejército de Flandes y el Camino Español, quien nos lo cuente.
"La gran limitación experimentada por el Ejército de Flandes en el siglo XVI en punto a equipación fue financiera: una pica y una armadura (el "coselete") costaban 30 florines en los años de 1590, un mosquete costaba 10 florines, un cañón de 24 onzas costaba 1000 florines. Con precios así, nunca había dinero suficiente para armar a todos los soldados de una vez.
Esto preocupaba relativamente poco: los estrategas del siglo XVI creían que las guerras debían librarse con hombres, no con material (idea que parece haber perdurado hasta los suicidas asaltos en masa a lo largo del Somme y del Aisne en 1916-17), y ante la elección entre alimentar a sus hombres o equiparlos, optaban siempre por lo primero.
Ochocientos hombres podían ser alimentados durante un mes con el dinero que se necesitaba para fundir un cañón; el pan de un soldado de infantería durante dos años era el precio de su coselete."
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