Biagi, el operador de radio de la expedición del Italia, consigue emitir un SOS informando de su posición: 81º 14' latitud norte 28º 14' longitud este. Por desgracia, las señales no son recibidas por nadie. Pero la pequeña radio sí recibe mensajes de otros lugares. De este modo, se enteran de que varios países están organizando expediciones en su busca. Pero, al desconocer la longitud y latitud en la que se encuentran, esas expediciones buscan a ciegas.
Desesperado, Nobile autoriza a tres hombres a que vayan en busca de ayuda a través de la banquisa: los italianos Adalberto Mariano y Filippo Zappi y el sueco Finn Malmgren.
El 3 de junio una señal de respuesta llega al fin a la tienda roja. Un radioaficionado ruso había recibido el SOS. Por el contrario, el Città di Milano, el barco de apoyo de la expedición, no lo recibe hasta tres semanas después. El mensaje llega también a Noruega, a la base de Tromso, en presencia de Amundsen:
El mensaje es claro: Nobile y cinco hombres más se encuentran perdidos en Svalbard. Piden ayuda ¿qué deben responder?
Amundsen mira al suelo. Fue amigo de Nobile, pero ahora son enemigos ¿debe partir en su ayuda?
El explorador noruego toma una valiente decisión. El 18 de junio embarca en el hidroavión francés Latham hacia Svalbard. Por desgracia, nunca llegará. El Latham se estrella en el mar de Barents. El cuerpo de Amundsen desaparece ¿Qué pasará ahora?
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