La Roma de Nerón, el famoso emperador lunático:
Nerón se cree un gran artista y hace sonar su lira para colmo de su corte. Aquí lo vemos con su esposa Popea:
Sus consejeros: Petronio y Séneca. Ambos hace ya tiempo que ven que el césar es un tirano paranoico y peligroso:
Tigelino, el prefecto del pretorio y comandante de la guardia pretoriana. El más leal a Nerón:
Nerón quiere ser el más grande poeta que ha existido. Se cree a sí mismo un dios. Pretende crear algo grandioso ¡Una nueva Roma! Una nueva Roma resurgida de las cenizas.
Un día, al anochecer, cunde el pánico: ¡Roma está ardiendo! Todo empezó en el Circo Máximo. Y ahora el fuego se ha extendido por varios distritos de la ciudad eterna. Nerón contempla las llamas desde el mirador de palacio. Está maravillado e improvisa con su lira un canto para exaltar a la nueva Roma que tiene en su mente de lunático:
Roma arde. El caos es total. Nerón tiene la ocurrencia de acusar del incendio a esa secta que rechaza el culto al emperador y a la que llaman cristianos. Sobre los cristianos caerá la culpa.
Geniales fotografías
ResponderEliminarGracias! ;)
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