sábado, 7 de abril de 2018

Perceval y el Grial II

  Perceval descabalga y se acerca con temor y curiosidad a aquellos hombres armados. Uno de ellos va a su encuentro.


-Muchacho, buscamos a cinco caballeros y a tres doncellas. Dinos, ¿no los habrás visto pasar por aquí, por ventura?


Perceval, ignorando la pregunta del señor, pregunta a su vez:

-Decidme, señores ¿sóis ángeles de Dios?
   El caballero ríe y dice:
-No, muchacho. Somos caballeros del buen rey Arturo.
Perceval no deja de mirar a aquellos hombres. ¡Caballeros! Jamás vio una cosa semejante.


-Decid, señor, ¿qué es lo que lleváis en la mano?
-¡Por vida de...! ¿Es que nunca has visto una lanza?
-¿Se lanza, pues, como mis venablos?
   Los caballeros ríen la ocurrencia del galés.
-¡No, muchacho! Con la lanza puedo herir sin soltarla ¡Pero no te andes con rodeos, por San Jorge! Contesta a lo que te he preguntado.



-¿Y qué es lo que lleváis en la otra mano?-Perceval sigue ignorando por completo las preguntas del caballero.
-¡Vive Dios! ¿Pero de dónde has salido tú, demonios? A la vista está que es un escudo.


  Otro caballero se acerca.
-¿Qué os está diciendo este galés?
-Dios me guarde ¡no contesta a mi pregunta! ¡Qué muchacho! No sabe lo que es una lanza ni un escudo.Todo lo quiere saber.
-Los galeses son estúpidos por naturaleza. Perdéis el tiempo con él.
   

 Perceval sigue preguntando al caballero hasta que al final dice:
-Señor, por aquí han pasado los caballeros y las doncellas que consultáis. 
-¡Demonio de chico! Por fin contestas.
-Solo os preguntaré algo más, señor, ¿dónde se encuentra el rey Arturo?


-En Camelot, la ciudad de la justicia y el honor, el templo de la caballería.


Los caballeros se alejan al galope. Perceval los ve adentrarse en el bosque, mientras piensa en una sola palabra: "Camelot".










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