Los cambistas fueron una de las profesiones más comunes en las ciudades medievales. Si cada ciudad o feudo poseía moneda propia, los comerciantes se veían obligados a cambiar sus monedas en las ciudades y ferias que visitasen. Así, los cambistas tenían el negocio asegurado. Además, el negocio creció al unirse a la labor de los bancos. Fueron muchas las familias que se ennoblecieron gracias a esta práctica.
Hubert tiene su oficina en el centro de Marburg. Los negocios marchan bastante bien:
La última feria trajo muchas ganancias. Hubert anota todo en sus libros de cuentas y revisa los recibos.
Un mercader de Colonia entrega una bolsa para que Hubert le cambie sus monedas por monedas locales:
Muy buena ambientación. Menudo tesoro tiene este personaje. Lo sorprendente de la Edad Media es esa fama de edad inculta y retrasada que tiene. Instrumentos financieros tan modernos como cheques, pagarés e hipotecas vienen de esa época. Como siempre los pequeños accesorios que ha creado Playmobil marcan la diferencia. Gracias por compartirlo. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jose. Poco puedo añadir a lo que comentas. Tengo muchas otras entradas dedicadas a la edad media donde sigo experimentando con el steck.
ResponderEliminarGracias como siempre
Saludos