Andrew Thompson es un joven marinero de Plymouth. Se ha enrolado en el Intrepid a las órdenes del capitán Blyton. Andrew ha sido destinado al palo mayor junto con otros marineros. Allí deberá ocuparse de largar las velas y el juanete mayor, así como de cargar con el chafaldete los juanetes y las gavias.
Para el cuerpo he usado el pirata del tonel (3791), una caja mítica de Playmobil a la que dedicaré una entrada en esa sección. Aunque comentaré todo cuando llegue ese momento, puedo decir que es una de las figuras que más me gustan y que puede aportar mucho, no solo como pirata, sino también como marinero, como demuestro aquí.
Vaya! , los colores del "pirata del tonel" son exactamente igual que el de la vestimenta de los marineros que muestras en el grabado. Aunque me parece que aquel pirata llevaba serigrafiados unos botones en la chaqueta.
ResponderEliminarSi jaja La verdad es que es un acierto lo de esa vestimenta. Los botones los tuvo pero han pasado muuuchos años y fue uno con los que más jugué. Fue el capitán de mis piratas hasta que le sustituyó el del barco corsario. Luego apareció en casa uno repetido, nunca he sabido cómo. Debió ser algún regalo que no recuerdo. Por eso me inventé que eran hermanos: los hermanos Blake les llamaba. Qué grandes aventuras.
EliminarHe sacado esta info de mi biblioteca, sobre la vida cotidiana de los marineros enrolados en la Royal Navy a finales del XVIII. Puede que te sea de utilidad para tus recreaciones. Los grabados son extraordinarios para conocer el dia a dia de un buque de su (pérfida) Majestad.
ResponderEliminarhttps://postimg.cc/gallery/nszt0jrg/6a34e5bf/
Pues un millón de gracias, amigo. Ya lo creo que me va a ser muy útil.
ResponderEliminarAunque fuese nuestra enemiga la pérfida Albión se lo montaba bien.
Un saludo
Jeje sobre todo a la hora del reclutamiento que era un rapto en toda regla. En el grabado del "alistamiento" se ve como los hombres son llevados por la fuerza y cómo el tabernero le pide al oficial una recompensa por haberle avisado de que en su establecimiento había unos cuantos "candidatos". Por eso y ya que tarde o temprano iban a ir por las buenas o por las malas a la Navy se enrolaban en buques con capitanes de fortuna (a diferencia de la Armada española, en la británica el Almirantazgo compraba los barcos capturados (y su contenido) a la tripulación, el capitán recibía 2/8 y el resto a repartir entre oficiales y marineros. Evidentemente la expectativa de dinero en metálico aumentaba bastante el rendimiento en batalla de estos pobres diablos).
ResponderEliminarNaturalmente, la frontera entre la navegación y la piratería siempre estuvo allí
ResponderEliminarUna figura muy conseguida. Poco puedo añadir a lo ya dicho. Un periodo muy interesante con mucha información histórica y novelada. Gracias por compartirlo. Un saludo
ResponderEliminarGracias a ti.
ResponderEliminarSaludos