viernes, 22 de febrero de 2019

La legión perdida

  Los partos, los terribles enemigos orientales de Roma, derrotan en el 53 a.C. a la legión comandada por el cónsul Marco Licinio Craso en la batalla de Carras, en las fronteras de Siria. El propio cónsul muere junto a tres cuartas partes de los legionarios:






    En Carras se perdió mucho más que el prestigio de Roma. Tras la noticia de la muerte de Craso, César y Pompeyo se enfrentaron por el poder en una guerra civil. Los partos, que habían demostrado ser hábiles jinetes y arqueros, marcaron nuevas fronteras. Los supervivientes fueron hechos prisioneros. Una parte de ellos fueron empleados como esclavos. El resto fue obligado a servir en el ejército parto en las fronteras orientales de este imperio: en la actual Turkmenistán.




  La pista de estos legionarios se perdió. Cuando treinta y tres años después el emperador Augusto firmó la paz con el rey Fraates IV de Partia, exigió a éste la devolución de los prisioneros romanos. Pero los partos ignoraban qué había sido de los legionarios de Craso.
   Efectivamente, la pista de la legión se pierde en la historia. Pero unas crónicas chinas cuentan que en el año 36 a.C. el general chino Gan Yanshou se enfrentó a un extraño destacamento de "bárbaros" en la ciudad de Zhizhi, en la provincia de Xinjiang (China occidental). Según las crónicas, estos bárbaros habían construido una empalizada rectangular de aspecto totalmente desconocido para los chinos. Estos bárbaros combatían alineados en una formación "como de escamas de pescado" ¿Se trataba de la testudo o "tortuga", la táctica de defensa romana de los escudos? ¿Eran aquellos bárbaros los supervivientes de Carras, que habían llegado hasta China?



  Tras ser vencidos, aquellos bárbaros fueron trasladados a la China del noroeste, a un asentamiento al que dieron el nombre de Li-Jien, que en chino significa "legión" y con el que los chinos llamaban al imperio romano.




  Sea como sea, el caso es que la mayoría de los habitantes de la actual Li-Jien tienen curiosamente rasgos europeos (cabello rubio, castaño, ojos azules...) ¿Fue aquel el destino de la legión perdida? Hoy sigue siendo un misterio.





6 comentarios:

  1. Vaya historia más entretenida y totalmente por su puesto desconocida por mi. Muy interesante!

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    1. Gracias, Javi. La verdad es que sí, es una historia curiosa. Yo la descubrí de casualidad hace unos años y me llamó especialmente la tensión. Hay una novela de Valerio M. Manfredi, "El imperio de los dragones", donde menciona esta historia. Como digo, no está demostrada, pero todas las pistas son tan numerosas y evidentes que creo que fue real. El tema de los intercambios entre China y Roma es muy particular, ya que después de todo eran los dos imperios más grandes de su época. Aparte de esta historia, los contactos se produjeron. Hubo una embajada de Trajano a China y la ruta de la seda fue impulsada por los dos imperios. Se sabe que hubo contactos también a través de la India e incluso han aparecido monedas y otras piezas romanas en el sudeste asiático. Pero no se sabe si llegaron allí directamente por manos romanas o por comerciantes indios.
      Saludos

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  2. Una historia que desconocía también y muy interesante como dice Neperiano. No me extraña nada que acabaran en China. Creo que hay una película reciente que mezcla romanos y chinos…. Pero no sé si tendrá que ver con esto. Muchas gracias por compartirlo. Un saludo

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    1. Gracias, Jose. Lo de las "escamas de pescado" creo que es la clave. No conozco la película que mencionas, pero la buscaré.
      Un tema muy atractivo, como ves.
      Saludos

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  3. Extraordinario periplo, ya se que no tiene mucho que ver pero me recordó la historia al "Inmortal" de Borges, tal vez por aquello del legiorario lejos de su civilización.

    Un saludo.

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  4. No la conozco, pero siempre son bienvenidas las aportaciones, ya sabes. La buscaré. Hay una historia parecida de romanos lejos de Roma en las aventuras del Príncipe Valiente. Concretamente en Noruega, cuando los romanos no pasaron del sur de Alemania.
    Una historia sorprendente, sin duda.
    Saludos

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