miércoles, 6 de noviembre de 2019

El juicio de Dios

   Este hombre que es llevado por los soldados del conde asegura que es inocente de la falta que se le acusa. Para demostrar su inocencia es obligado a someterse a la ordalía o juicio de Dios.




El acusado tendrá que meter su mano en un caldero con agua hirviendo. Si las quemaduras se curan se demostraría que es inocente.



Los guardias sujetan al acusado y extienden su brazo. Aunque se resista no puede escapar al juicio de Dios:



2 comentarios:

  1. Otra recreación estupenda de las costumbres medievales. La verdad es que pocos sobrevivían a estas salvajadas. Peor era lo de las brujas y tirarlas al agua con una piedra atada. Muchas gracias por compartirlo

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    1. También es una ordalía que impresiona, si nduda.
      Gracias como siempre por tus comentarios.

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