En el siglo VI, Justiniano, emperador de Bizancio, encomienda una misión secreta a dos monjes: viajar hasta la lejana China y apoderarse de gusanos de seda.
En aquella época, el imperio chino vigila celosamente a los gusanos de seda, una de las principales fuentes de riqueza del país. Sacarlos de China está penado con la muerte.
Atravesando desiertos y montañas, evitando mil peligros, estos monjes han logrado esconder huevos de gusanos de seda en bastones de bambú. Se hacen pasar por simples comerciantes, pero despiertan las sospechas de los guardias chinos:
A pesar de todo, los dos monjes logran regresar a Constantinopla. Han transportado también semillas y hojas de morera: la única alimentación de los gusanos. Por un lado tenían que ocultar al máximo su valiosa y secreta carga y, al mismo tiempo, velar por la supervivencia de los gusanos.
Finalmente, han cumplido su misión y se presentan ante el emperador Justiniano y la emperatriz Teodora:
Justiniano contempla asombrado el bastón de bambú que guarda los gusanos en su interior. Estos pequeños animales podrán asegurar la riqueza del imperio bizantino durante siglos. China todavía no sabe que han violado su prohibición y que acaba de ganarse un rival en el mercado mundial de la seda.
Genial episodio !
ResponderEliminar¡Gracias!
EliminarSi se me permite, te recomiendo este ilustrador, que trata temas que te interesan. Su nombre Ángel García Pinto. Seguro que te suena de las miniaturas a 1:72 de Hat o de la revista Despierta Ferro.
ResponderEliminarhttp://angelgpinto.blogspot.com/
Gracias por el link. Sí que conocía a este dibujante. Muy bueno y bien documentado en sus ilustraciones. Además es uno de los que ha logrado traspasar nuestras fronteras.
EliminarDesperta Ferro es una revista con una calidad asombrosa. Lo malo es que es cara y lo que suelo hacer es descargarla online.
Tiene un estilo como de retablo medieval que me encanta.
EliminarSueño frustrado mío: el ser pintor jeje
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