Vindobona (actual Viena), 180 d.C. El gran emperador Marco Aurelio acaba de fallecer. Antes de morir designó a su hijo Cómodo como sucesor, aun sabiendo que no está capacitado para ser emperador.
A las puertas de la fortaleza de Vindobona, sobre la nieve, tiene lugar el funeral del césar:
A las puertas de la fortaleza de Vindobona, sobre la nieve, tiene lugar el funeral del césar:
Los generales, legados y tribunos, encabezando las legiones de Germania, guardan silencio para despedir a su emperador:
Lucila, la hija de Marco Aurelio, escoltada por la guardia pretoriana, contempla el cadáver de su padre en la pira funeraria. Junto a este, un sacerdote ruega a los dioses que reciban el alma del emperador en los Campos Elíseos:
A continuación, un hombre sube a la pira sosteniendo una antorcha: es Cómodo, el nuevo emperador.
El nuevo césar enciende la pira:
Mientras ven arder el cadáver del viejo emperador, los oficiales y todo el ejército aclaman a Cómodo: ¡Ave, César!
¿Cuál será ahora el destino del imperio?
Genial ... y ¡ cuántos colores diferentes existen de pieles !
ResponderEliminarLa película recuerdo que tenia un reparto plagado de actores de primera categoría, como era habitual en este tipo de superproducciones de la época.
Gracias. Efectivamente, colores variados que aportan mucho: una pieza muy polivalente.
EliminarLa caída del imperio romano es una película muy infravalorada. Cuenta una historia muy parecida a Gladiator pero con los medios de aquella época y con otras finalidades. Fue un fracaso de taquilla, según dicen por el tono dramático fatalista de la peli y porque el público estaba ya saturado de péplums. Pero es una película muy atractiva con grandes puestas en escena, bien documentada (en cuanto a la época) e innovaciones: la fortaleza de Marco Aurelio en Germania, que he intentado recrear. Se construyó en la sierra de Madrid con escenas también rodadas en Segovia. Fue innovadora porque hasta entonces las pelis de romanos solo habían mostrado escenarios del sur: Mediterráneo, desiertos, etc. Los uniformes con mangas largas, la nieve, las capas de piel, esa fue la novedad. Estoy de acuerdo con lo que afirman algunos críticos: hay dos películas en una. Una es la primera parte, hasta el impresionante funeral de Marco Aurelio. Esa lleva el sello de Anthony Mann, su director: aventura, acción, diálogos convincentes, épica en resumen. La otra es el resto de la peli, desde la entronización de Cómodo. Esa lleva el sello de Samuel Bronston, su productor: decorados colosalistas, riadas de multitudes, trompetas y timbales y la nota fatalista. Yo personalmente prefiero la primera.
En cuanto al reparto, el fracaso no le hizo justicia, pues contaba con Sofia Loren, el gran Alec Guiness, James Mason, etc.