jueves, 7 de diciembre de 2023

La Navidad de los Cratchit

  Por arte de magia, Scrooge y el espíritu de las Navidades presentes se encuentran en las calles de la ciudad. La gente no puede verles ni oírles y pasa junto a ellos. Las tiendas están a punto de cerrar y los transeúntes ultiman las compras navideñas. El espíritu rocía con su cuerno el pan de los panaderos.
-¿Tiene algún sabor especial eso que les echas de tu cuerno?-pregunta Scrooge.
-Sí, es mi sabor.
-¿Y vale para cualquier comida que se haga hoy?
-Cualquiera que se ofrezca con cariño. Sobre todo para las más pobres.
-¿Por qué las más pobres?
-Porque son las que más lo necesitan.
 Y así, llegan a Camden Town, a la casa de Bob Cratchit.
-Espíritu ¿por qué me has traído aquí?
-Aquí es donde vive tu empleado Bob Cratchit y su familia con los quince chelines a la semana que tu le pagas.


Scrooge y el espíritu se asoman por las ventanas a la casa de Bob. Su esposa y sus hijos están alegres al ver el ganso que cenarán esta noche:


-¡Vamos! Todo tiene que estar preparado antes de que vuelvan vuestro padre y Tim.
Más tarde, Bob entra con su hijo, el pequeño Tim, a hombros. 


Mientras este va con su pequeña muleta a ver cómo preparan el pudin, la señora Cratchit le pregunta a Bob:
-¿Y cómo se ha portado el pequeño Tim?
-Como un santo. De regreso a casa me ha dicho que esperaba que la gente lo viera a él en misa, porque al ver a un tullido tal vez tengan a bien acordarse en el día de Navidad de aquel que hizo que los cojos caminaran y los ciegos vieran.
 La voz de Bob tiembla, emocionado. La misma cara pone su esposa. A continuación, todos se sientan a la mesa. Todo son risas y alegría.
-¡Feliz Navidad!-brinda emocionado Bob.



-¡Y que Dios nos bendiga a todos!-dice el pequeño Tim con toda la ilusión.



Scrooge tiene una extraña sensación dentro de sí:
-Dime, espíritu... ¿Qué va a pasar con el pequeño Tim?
-Veo un asiento vacío al lado de la esquina de la chimenea y una muleta sin dueño, muy bien conservada. Si estas sombras permanecen inalteradas en el futuro, el niño morirá. Pero... ¿Qué más da? Después de todo hay demasiada población...


Scrooge se sobrecoge al escuchar sus propias palabras. Después, Bob levanta su vaso para un nuevo brindis:
-¡Por el señor Scrooge que ha hecho posible esta fiesta!


-¡¿Que ha hecho posible esta fiesta?!-pregunta enfadada la señora Cratchit-¡Ya me gustaría que estuviera aquí! Le diría cuatro cosas...
-Pero, cariño... los niños... ¡es Navidad!-dice Bob,
Su esposa suspira y toma su vaso:
-Brindaré a su salud por tu bien y por ser este día...
-¡Por el señor Scrooge!-brindan todos.
 Scrooge mira al suelo en silencio. Después, el espíritu y él se retiran.






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