Semanas después de concretar el plan de trabajo, el andamio para el proyecto de la capilla Sixtina está ya montado. Michelangelo ha llamado a sus ayudantes desde Florencia. Entre ellos, su amigo Francesco Granacci, que estudió con él en el taller de Ghirlandaio.
Sus ayudantes mezclan los pigmentos y pasan a Michelangelo los colores que él les pide.
Pasan los días, las semanas. Pero Michelangelo no está conforme con su trabajo...
Un día, el papa encuentra el andamio abandonado. Michelangelo ha desaparecido. Furioso, el pontífice ordena buscarlo por toda Roma.
Michelangelo ha vuelto a Florencia. Retoma su trabajo en la escultura, pero no olvida la Sixtina. No le gusta el plan del papa: prefiere diseñar uno nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario