Córdoba, siglo X. Abderramán III se proclamó califa en el año 929 y ahora reina sobre más de la mitad sur de la península. Se separó así definitivamente de la autoridad religiosa del califato de Bagdad.
Su pelo rojo y ojos azules llaman la atención de sus súbditos. Pues Abderramán III es hijo de una esclava navarra y bisnieto del rey Fortún I Garcés de Pamplona. Ha mandado construir la ciudad-palacio de Medina-Azahara y desde allí reina en su corte, rodeado de lujo.
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