Los cántabros siguen combatiendo contra los romanos. Un jefe tribal reúne a los guerreros en una asamblea.
Los cántabros practican la guerra de guerrillas, aprovechando sus montañas, valles y frondosos bosques. Territorios en los que los romanos no pueden operar como en otras zonas. Corocotta ya lo advirtió a Augusto. Además, los cántabros son hábiles jinetes.
Los romanos han de adaptarse a estas tácticas. En algunos lugares ya no levantan sus campamentos en el llano, sino en puertos de montaña. Invierten en la caballería, confiando el mando a decuriones.
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