Entonces, Scrooge despierta. No está en su tumba, sino en su habitación.
-¡No estoy muerto! ¡Estoy en mi habitación! ¡He vuelto!
Lleno de alegría, Scrooge corre por la habitación.
-¡Me siento feliz! ¡Alegre como un niño!
Se asoma a la ventana y contempla la ciudad. Hace frío, pero es un día claro. Ve a un niño pasar por la calle y le llama:
-¡Eh, muchacho! ¿Qué día es hoy?
-¿Hoy? ¡Caramba, hoy es Navidad!-responde el niño.
-¡Navidad! ¡Los espíritus lo han hecho en una sola noche! Pueden hacer lo que deseen, claro ¡Espera, chico! ¿Conoces la pollería que hay dos calles más allá, en la esquina?
-¡Claro!
-¿Sabes si han vendido ya el pavo que tenían expuesto? No el pequeño, sino el grande.
-¿El que es tan grande como yo?
-¡Qué muchacho más inteligente! ¡Sí, ese, amigo mío!
-Todavía está a la venta.
-¡Pues ve y cómpralo!
-¡Anda ya!
-¡No, espera! Ve allí a comprarlo y vuelve con el empleado ¡Si vuelves en menos de cinco minutos te daré media corona!
Al decir esto, el niño sale corriendo.-Se lo enviaré a Cratchit.-se dice Scrooge a sí mismo. Luego ríe y corre a vestirse.





No hay comentarios:
Publicar un comentario