Dentro de la huella nórdica de Tolkien es imposible no hablar del paralelismo entre Gandalf y Odín. Aunque muchos de sus atributos y características provienen de Merlín, Gandalf es también deudor del dios supremo de los vikingos. Cuando Odín vaga por la Tierra inspeccionando lo que hacen sus fieles tiene el aspecto de un anciano de larga barba, vestimenta gris o parda, una vara y un sombrero de ala ancha. Aspecto que el pintor sueco Georg von Rosen plasmó a partir de las sagas en una famosa ilustración:
Un aspecto muy similar, por tanto, al de Gandalf, en su etapa como "el Gris":
El propio nombre, "Gandalf", es otro rasgo nórdico, pues es el nombre de un enano que aparece en la Saga Voluspa. Ese apelativo a partir del color de su vestimenta también fue común en la tradición vikinga, como es el caso de Erik el Rojo, a partir del color de sus cabellos. Por otro lado, la lucha entre Gandalf y el balrog en Moria, en la que este "muere", pero "resurge", es similar a la que, según el Ragnarok (el Apocalipsis vikingo), tendrá lugar al final de los tiempos entre Odín y el lobo Fenrir.
Sí, el famoso "¡No puedes pasaaaaar!"
El control de Gandalf sobre las águilas, decisivas tanto en El hobbit como en El señor de los anillos (algunos hablan incluso de ellas como "el 7º de caballería de Tolkien"), tendría también un componente vikingo. En las sagas nórdicas se habla de un Águila sin Nombre que vigila desde la copa de Yggdrasil, el árbol que sujeta la Tierra. De este águila se dice que posee grandes conocimientos. Cuando Odín se sacrifica en Yggdrasil para obtener el secreto de las runas se da a entender que es el Águila la fuente del conocimiento.
De las Águilas de Gandalf, por su parte, se dice que son inmortales y conocen las lenguas de la Tierra Media. El paralelismo es, por lo tanto, notable:
La relación de las Águilas con Gandalf sería también similar a la de Odín con sus cuervos Hugin y Munin. También en El hobbit hay una referencia a estos cuervos en el caso de los cuervos de Erebor, que hacen de emisarios entre Thorin y su primo.
Desde luego el tema de Odín tenía que aparecer en Tolkien. Gandalf tiene muchas cosas compartidas. Creo que esa era la habilidad de Tolkien, tomar elementos, mezclarlos y “repetir” la historia, pero haciendo una nueva historia. Ese es, en mi opinión, su mérito. Con los cuervos no tenemos problemas, pero las águilas, los lobos gigantes, los caballos de ocho patas o el balrog son otro cantar. Es un mundo magnífico para representar y creo que la versión de Peter Jackson sobre El Señor de los Anillos es un aporte visual muy bueno de la imaginación de Tolkien. No tengo la misma visión de la adaptación de El Hobbit. Creo haber leído que ahora querían volver a exprimir el tema haciendo una serie para televisión. Veremos si da para tanto. Muchas gracias por compartirlo. Saludos
ResponderEliminarMuy de acuerdo con todo lo que comentas, Javi. Desde luego sería difícil representar todo eso con Playmobil. En cuanto a El hobbit, que acabo de leer la novela hace poco, la peli es bastante fiel, solo que introduce a los orcos, a Legolas y a Tauriel que no aparecen en el libro. Simples aportes que en mi opinión no varían el original. Efectivamente, lo que pretenden hacer ahora es una serie de El señor de los anillos. A mí me parece innecesaria, personalmente.
EliminarGracias a ti
Saludos
Impresionante, asusta, leer estas cosas cuando uno las desconoce por completo y se encuentra estos paralelismos.
ResponderEliminarLa misma sensación me dio al ir investigando sobre estas raíces y paralelismos.Se comprueba fácilmente que Tolkien, como él mismo decía, no inventó nada. Y como bien dice Jose llevó aquellos personajes ancestrales a una nueva aventura.
ResponderEliminarGracias como siempre, Javi
Saludos