domingo, 10 de marzo de 2019

¡Bienvenidos a Moulinsart!

   Tal como dije en la entrada del 10º encuentro tintinófilo, aquí va mi "reportaje" sobre mi visita al castillo de Cheverny, en la famosa región francesa del valle del Loira, en 2009:



  De regreso de la zona de Alsacia y tras un recorrido por la parte occidental de Suiza, la parada en Cheverny era obligada y proyectada desde hacía tiempo por una razón: este es el castillo que inspiró a Hergé para crear el de Moulinsart, residencia del capitán Haddock y escenario de varias aventuras de Tintín. Como se puede observar en la imagen, Hergé consideró que Cheverny era demasiado grande para un marino retirado y eliminó las dos alas hasta quedar como en la imagen:




  Cheverny se encuentra a unos diez kilómetros de Blois, la que fuera corte de Luis XII (su emblema, el puercoespín, está por todas partes allí). En la oficina de turismo de Blois me informé sobre cómo llegar a Cheverny. 
Tras dejar el coche en el aparcamiento, me dirigí a la fachada del chateau como Tintín y el capitán en la famosa viñeta en la que Haddock lo visita por primera vez. Y aunque no esté el mayordomo Néstor para recibir a la entrada, entrar en el palacio fue entrar en el lujo de los tiempos pasados.
   Cheverny es el único chateau del Loira que continúa en manos de sus dueños originales: los marqueses de Vibraye. Varias salas siguen siendo usadas por ellos, pues siguen pasando aquí temporadas y recibiendo invitados, cuando no está abierto al público.
     Una de las cosas más impresionantes del interior es la cabeza de un megaceros: un ciervo prehistórico gigantesco que fue encontrado en Siberia ¡Pero la especie vivió en Irlanda hasta el siglo XVI! En una de las aventuras del Príncipe Valiente, éste se encuentra con uno de ellos, pero eso es otra historia...


  El megaceros está situado en la parte superior de la escalera, aquella por la que el capitán Haddock se hizo un esguince y que el marmolista se escaqueaba de tener que arreglar...


  Las siguientes imágenes son parte del mobiliario de los marqueses, donde siguen recibiendo a sus invitados:






    En el exterior, me detuve a ver la jauría de perros de caza de los marqueses. En aquel día tan caluroso, los perros buscaban la sombra o, como el perro del fondo, el agua fresca:


  Tras comer unas crepes en el restaurante próximo al castillo me dirigí a ver la exposición permanente dedicada a las aventuras de Tintín y su relación con el chateau. Se encuentra en un pabellón arreglado cerca de la perrera. Al entrar, Milú aparece persiguiendo al gato siamés del capitán:


  Todo el recorrido por el pabellón es un regalo para todo amante de las aventuras de Tintín. Han reproducido tal cual estancias y objetos de Moulinsart tal cual aparecen en la saga. Aquí, los patines eléctricos del profesor Tornasol y algunos prototipos de su invención:


 Los planos del cohete de Objetivo: la luna, el panel de control y el tanque usado por Tintín y sus compañeros en la luna:




  El estudio del profesor:



  El prototipo del submarino de El tesoro de Rackham el Rojo, uno de mis álbumes favoritos, y el perchero con el sombrero y el abrigo del profesor:



La habitación de Tintín, que nunca aparece en las aventuras. Aquí se puede ver el armario del héroe con la ropa usada en varias aventuras: el traje de chino de El loto azul, el uniforme de coronel de La oreja rota, el de explorador colonial en Tintín en el Congo, el de escocés de La isla negra, el de vaquero de Tintín en América y el de noble hindú de Los cigarros del faraón:



  Otra parte de la habitación con los habituales jersey y pantalón de Tintín sobre una silla y un espejo donde se refleja el héroe haciendo gimnasia en Tintín y los Pícaros :



Una maqueta de la tienda árabe que los emisarios del emir de Wadesdah plantan en el salón en Stock de coque:



   Una parte que me encantó es la reconstrucción del sótano o cripta de Moulinsart, donde los hermanos Pájaro encerraron a Tintín en El secreto del Unicornio. Allí se puede ver la viga de madera que usó Tintín para romper la pared y pasar a la antigua capilla donde los Pájaro tenían su almacén de antigüedades, un escenario que me encantaba de pequeño y todavía hoy:




Para meterse de lleno en el comic:




   Y por último, una visita a la tienda del castillo, dedicada también a Tintín, naturalmente, y donde pude comprar los pósters de El cetro de Ottokar y El tesoro de Rackham el Rojo.
    En resumen, una magnífica visita, muy recomendable para todos los fans de Tintín.


4 comentarios:

  1. Gracias! Como pongo, es meterse de lleno en el comic

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  2. Gracias por este estupendo reportaje! yo estuve el primer año de la exposición pero veo que han añadido unas cuantas cosas nuevas. Saludos!

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  3. Gracias a ti, Jose Luis. Fue una visita inolvidable.
    Un saludo

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