domingo, 30 de octubre de 2022

Herne el Cazador

     Herne el Cazador es un sombrío  personaje del folklore inglés. Se trata de un espeluznante fantasma con astas de ciervo (otros dicen que con cabeza de ciervo, directamente) que se pasea por los bosques de Windsor: el término del famoso castillo de la familia real.



    La primera vez que apareció por escrito este personaje fue en Las alegres comadres de Windsor, de William Shakespeare. En esta obra, el personaje de la señora Page habla de Herne el Cazador:


Hay un cuento antiguo

que el cazador Herne

(que alguna vez fue guardabosques,

aquí, en Windsor)

a medianoche durante todo el invierno,

se pasea por un roble,

llevando en la cabeza grandes cuernos

como de ciervo

y allí hiela el árbol

y ataca el ganado

y hace que la vaca vierta

en vez de leche sangre

y sacude una cadena de la manera 

más espantosa y temible.

Habéis oído hablar de ese espíritu

y sabéis bien que los antiguos,

llenos de superstición,

recibieron como una verdad,

y como tal transmitieron a nuestros días,

esta historia de Herne el Cazador.




    Ignoramos si Shakespeare inventó el personaje o escuchó alguna tradición anterior de la zona. Pero no existen registros de la leyenda previas al siglo XVI. Por otro lado, es extraño que el bardo inglés lo inventara todo, pues es imposible no ver en Herne los rasgos del dios Cernunnos.



 ¿Es, por lo tanto, este fantasma inglés un "residuo" del pasado celta de Gran Bretaña? Es posible, pero también hay que recordar el pasado anglosajón de la isla. En las leyendas germánicas se habla de Wotan (Odín) y su papel como guía de la Cacería Salvaje: un grupo de fantasmas que recorría los cielos causando terror. Parece ser que esta era la explicación de las tormentas para los pueblos germanos.




 Por otro lado, esa tradición existía también entre los celtas de Britania y la llamaban Desdichada Comitiva.Su versión española, también de origen celta, sería la Santa Compaña (en Galicia), la Güestia (Asturias) y la Estantigua (Castilla).

    

    Las leyendas sobre Herne el Cazador proliferaron por la zona de Windsor a partir del siglo XVI. Se llegó a difundir que Herne era un antiguo guardabosques de la reina Isabel I que murió ahorcado en un roble cerca del castillo de Windsor. Roble que se identifica con el que Shakespeare menciona en la obra. En la era victoriana, cuando estas leyendas cobran más importancia, se quiso conservar dicho roble, señalado ya como lugar maldito, especialmente en Halloween. 



        En esa época se hablaba también de que Herne era visto la víspera de ciertos acontecimientos fatídicos o fallecimientos. Esa tradición continuó en los siglos XX y XXI. Se cuenta que fue visto previamente a la muerte de la reina Victoria y todos sus sucesores, a excepción de la reciente muerte de Isabel II.
    Sea como sea, la imagen que se ha difundido de Herne el Cazador es la de un fantasma que aparece de noche en el bosque acompañado por sus perros y haciendo sonar un cuerno de caza. Una figura espectral que sigue viva en la tradición popular inglesa:





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