El emperador Claudio ha ordenado al general Aulo Plaucio la conquista de Britania. El general reúne a sus legados y tribunos en su tienda:
Entre los legados está Vespasiano, legado de la II Legión Augusta. El general da las órdenes pertinentes. Es necesario que el tratado con los atrebates se cumpla y así puedan derrotar a los catuvellaunos.
Los tribunos y centuriones confían más en Vespasiano, que ha combatido junto a ellos en el campo de batalla, que en Aulo Plaucio, a quien ven como un simple patricio ambicioso que quiere ascender en el poder.
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