Cuando el año pasado hablé de las Navidades de 1994 con todo el Medievo de Playmobil hablé también sobre un programa de TVE que yo relacionaba con aquellas cajas medievales: La noche de los castillos.
La presentación de cada capítulo: dos caballeros lanza en ristre
Wikipedia la sitúa en septiembre de 1995, cuando yo la creía recordar a primeros de ese año. El caso es que aunque fue un programa breve (duró poco más de un año), sigue en el recuerdo de muchos de los que crecimos en la década de los 90. Más que nada porque nos marcó a muchos la imagen que tenemos de la Edad Media o que comenzamos a tener.
La noche de los castillos fue un producto más, o más bien el último, de una época en la que lo medieval y lo fantástico tuvieron un auge en la cultura popular, tal como comenté en El rescate del talismán. Aquella época que fueron los años 80 y la primera mitad de los 90.
¿Cómo no establecer una relación entre las cajas medievales de Playmobil, El niño invisible (horrible, menos mal que no la vi en su época, porque odiaría la Edad Media...) y La noche de los castillos?
La noche de los castillos fue presentado por el incombustible Luis Fernando Alvés (aparecía en todas partes) y la guapísima Marta de Pablo (¿qué habrá sido de ella?). Cada programa se situaba en un castillo distinto de España, aunque con el tiempo repitieron castillos. Todo consistía en tres equipos (amarillos, rojo y verde) de dos personas cada uno, que competían por llegar al castillo, pasar una serie de pruebas y rescatar a la princesa de turno. Princesa que era interpretada cada vez por una actriz distinta y todas ellas eran hijas del rey Folof, interpretado por el gran Anthony Queen.
La aparición de Anthony Queen en cada programa impresionaba bastante, con su imagen proyectada en el cielo de la noche. Y todavía no era la época de los hologramas...
La primera fase era intentar llegar al castillo con todoterrenos. Para mí era la más aburrida, porque nunca me atrajo el mundo del motor... Pero el caso es que se las veían negras para llegar y tuvieron más de una movida. Recuerdo por ejemplo que una chica se hizo una brecha en la planta del pie ¡Esto sí que era jugársela en un concurso!
O los todoterrenos los cargaba el diablo o el equipo de TVE dejaba mucho que desear...
Ya en el castillo había que buscar oro, superar pruebas hasta rescatar a la princesa. Había representaciones del mundo medieval y todo, en el interior de los castillos:
Todo un despliegue para un concurso
Norma Duval luciendo escote en su papel de princesa cautiva: todo era posible en La noche de los castillos...
El equipo ganador se llevaba cuatro millones de pesetas, unos 24000 euritos actuales. Con el tiempo, la serie fue perdiendo audiencia y desde TVE se decía que era caro mantenerla ¿No sería más bien el gastarse cuatro milloncejos de premio cada vez?
Quizá La noche de los castillos llegó demasiado tarde, quizá la gente estaba ya saturada de lo medieval-fantástico. Quién sabe... El caso es que estos concursos tipo gynkana tuvieron mucho éxito en los 90, como El juego de la oca o El gran Prix (qué viejos somos...). Y vistos desde hoy como emblemas de aquella época no puedo menos que verlos de manera entrañable, con sus más y sus menos. Después de todo, cuando veo un castillo iluminado por la noche sigo recordando La noche de los castillos.
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