El rey Jarko, soberano de los gnomos, se sienta en su trono, en el palacio subterráneo:
El cárabo real se posa en el salón del trono. Oskar desciende del ave y se dirige a su rey.
Oskar hace una reverencia al monarca y éste le agradece que haya acudido a su presencia, tal como él ordenó:
El rey Jarko le encomienda una importante misión:
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