La Navidad pasada vimos una aproximación a los cantantes de villancicos de la era victoriana. Cantan por las calles y animan el ambiente navideño:
Los niños se paran a escucharlos mientras compran bollos navideños en un puesto de la calle:
También van a cantar, como es la costumbre, a la casa señorial. Su gracia, el conde, sale a recibirlos con su esposa, hijos y sirvientes:
Una estampa genial, la servidumbre victoriana muy bien elegida.
ResponderEliminarGracias, son escenas muy agradecidas de componer
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