viernes, 30 de octubre de 2020

Dioses celtas

   Dedicamos esta entrada (y otras que vendrán) a los dioses celtas. Ya habían sido mencionados en algún momento en el blog, pero, igual que pasó con los dioses nórdicos, merecían una entrada exclusiva. Y en estas fechas de Halloween (o Samhain o Noche de Todos los Santos, más apropiado) conviene volver más que nunca a las raíces celtas.
     Resulta difícil exponer el panteón celta de manera sencilla, ya que hubo dioses que solo tuvieron culto en una zona. El resto, los que fueron adorados por todos los pueblos celtas, se conocen como  dioses pancélticos. También podía pasar que una misma función fuese compartida por varios dioses. Además, hay que tener en cuenta que los documentos primarios sobre estas deidades solamente se conservan en Irlanda. En el resto de territorios celtas solamente conocemos estos cultos a través de fuentes romanas o a través de la toponimia.  Por lo tanto, no resulta tan claro como en las mitologías griega y nórdica.
       Comenzamos con Tutatis (o Teutates), en honor a Astérix. Era el dios de la guerra, al menos en la Galia (aunque se ha registrado también su culto en Hispania). 







   Tutatis representa el furor guerrero. A él se le ofrecían muchos cautivos de guerra como sacrificio. También era el protector de la tribu:



    Belenos es otro dios principal de los celtas. Aparece también nombrado con frecuencia en las aventuras de Astérix. Belenos era el dios del sol y del fuego. 



Su festividad se celebraba en mayo: Beltane. De aquella fiesta ancestral han quedado los ritos que todavía perviven en muchos pueblos de España de levantar un árbol (normalmente un pino) en la plaza mayor: el mayo.



   Epona, la diosa de los caballos, es otro ejemplo de deidad pancéltica. Se le conocía con este nombre en Hispania y la Galia, mientras que en Irlanda era llamada Edain, y en Gales, Rhiannon. 




   Epona tuvo gran culto entre los celtíberos, que la consideraban su diosa guerrera y a ella se encomendaban en la batalla. Los numantinos la tenían como diosa principal y protectora, por la intensa actividad de cría de caballos que existía en Numancia y alrededores. La enorme cantidad de motivos numantinos que representan caballos demuestran la gran devoción que le tuvieron:






















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