sábado, 24 de octubre de 2020

Y el milenarismo llegó

  

      Desde hace unos años no me siento nada cómodo publicando entradas que no sean de Playmobil en el blog, sobre todo de temas de actualidad. Por eso dejé de publicarlos. Creo que desviaban la finalidad del blog, por muy de actualidad que fuesen, y que encajaban mal en comparación con el resto. Pero, a pesar de esto, no quería terminar 2020 sin comentar algunas cosas que son, por desgracia, de actualidad.     No parece casualidad que el año pasado se cumpliesen treinta años del famoso programa presentado por Fernando Sánchez Dragó en el que Fernando Arrabal protagonizó aquella famosa borrachera conocida como "La noche del Milenarismo". El tema a debatir era el Apocalipsis, el fin de los tiempos, con todo el significado que tuviese desde distintos ámbitos. Arrabal, además de interrumpir en cada momento, repetía aquello de "El milenarismo va a llegar".



    Lo que pocos conocen (o recuerdan, aquellos que lo vieron en su día) es que hubo otras intervenciones aquella noche (los que pudieron hacerse oír a pesar de las interrupciones de Arrabal) que intentaron prevenir de lo que podría traer el fin del mundo. Entre ellos, el gran Antonio López Campillo, encargado de sujetar la mesa en la que tuvo el capricho de sentarse Arrabal buena parte de la noche. Campillo prevenía ya (recordemos que era 1989) sobre la degradación de la capa de ozono, el calentamiento global, la transgresión marina (consecuencia del anterior), la contaminación, etc. En resumen, que el ser humano estaba a tiempo de prevenir futuras catástrofes. Pero además, señalaba algo que los ecologistas olvidaron: que tanto el planeta como las especies tienen un tiempo limitado y que desaparecerán por cuestiones físicas, pero que, aun así, no debemos acelerar el proceso.



  Por desgracia, las "profecías" de Campillo se fueron cumpliendo. Tampoco es casualidad que el año pasado, en enero, el experto en conspiraciones de Cuarto Milenio, Enrique de Vicente, hiciese la siguiente profecía: "A partir de diciembre de este año se producirá un gran cambio, algo que nos hará entrar en una nueva era a nivel mundial". Y "de la mano de China", señaló. Lo que parecía una "profecía" más, y en este caso a raíz de la sonda enviada por China a la cara oculta de la luna, resultó ser algo más...



     A principios de aquel diciembre todos recordamos la locura mediática desatada por la activista sueca Greta Thunberg.  Me considero conservacionista y no ecologista, ya que creo que el ecologismo es un movimiento radical y politizado que tiene una visión unilateral sobre el medio ambiente. Y, sobre todo, porque rechazo cualquier lobby. Por eso, todo el circo generado por los seguidores de Greta me pareció todo un show sensacionalista, una secta mediática que rodeaba a su líder como a una mística vidente medieval:




   Me reservo mi opinión personal sobre Greta, ya que me compadezco de todos los niños exprimidos por sus padres, Mozart incluido. Me gustaría recordar también que mucho antes de Greta ya hubo quienes nos hablaron de proteger el planeta, como San Francisco de Asís, Félix Rodríguez de la Fuente, David el gnomo o el propio Campillo. Pero los medios necesitaban que fuese una adolescente sueca. El sensacionalismo es imparable...
   Los políticos de todo el mundo se lanzaron a hacerse la foto con Greta y sus fieles y declararon que iban a acabar con los plásticos y demás, y llenar el planeta de coches eléctricos. De pronto, todos sonreían con aire trascendente, augurando una nueva era de felicidad y prosperidad a partir de 2020 ¿Era ese el cambio, era esa la nueva era a la que se refería Enrique? No.
   Aquella Navidad de 2019 fue extraordinaria, con momentos que me hicieron recordar Navidades pasadas y entrañables. Y, entre esos recuerdos, también Playmobil. Quizá de manera inconsciente, el show de Greta y la recuperación del tema de las ballenas me habían hecho recordar aquel espíritu comprometido con el medio ambiente que nos hablaba de rescate de animales heridos con helicópteros. Un espíritu que no necesitaba de adolescentes sensacionalistas para recordarnos aquel mensaje, de aquellos años noventa en los que los dibujos animados ya abogaban por el futuro del planeta ("Pequeño planeta, vuelve a sonreír"). Un espíritu que siempre estuvo allí, sin que los lobbies politizados nos bombardeasen demonizando al diesel o haciéndonos a todos veganos.
      Pero en esas mismas fiestas saltaba la alarma: un peligroso virus se estaba propagando en China:




  El resto de la historia, por desgracia, ya lo conocemos. Jamás una profecía de Enrique se había cumplido y menos aún con tanta exactitud. En nuestra obsesión por el milenarismo pensamos que la catástrofe llegaría por el cambio climático, recordando tal vez a la mítica Atlántida. Pero olvidamos otro episodio mucho más histórico: la Peste Negra. Otra pandemia que también causó miles de muertos (millones) y que también venía de Extremo Oriente.



  De nada sirvió lo del decreto anti-plásticos para la foto feliz. La pandemia nos obligó a gastar más plásticos de los que pudimos imaginar. No deja de ser una triste ironía. Y solo tres meses después de la foto feliz...
   Llegó el milenarismo y pagamos las consecuencias de "es menos grave que una gripe", "id a las manifestaciones, que no pasa nada", "no va a afectar mucho a España", "hoy digo una cosa y mañana la contraria", etc. Pero aquella Noche del Milenarismo nos dejó un mensaje de esperanza también: que después de la catástrofe puede venir una buena era, solo si nosotros queremos que así sea.









2 comentarios:

  1. "De nada sirvió lo del decreto anti-plásticos para la foto feliz. La pandemia nos obligó a gastar más plásticos de los que pudimos imaginar. No deja de ser una triste ironía"

    Como bien comentas aquí el mundo actual es una enorme contradicción irresoluble. La sociedad está basada en el consumo y el ecologismo es precisamente todo lo contrario: disminuir la extracción de recursos naturales, reparar y reutilizar productos ya manufacturados etc.

    También se olvida que la mayor parte de la población mundial no está industrializada o está industrializándose en estos momentos. ¿Qué será del planeta cuando Africa y Asia lleguen al consumo de un estadounidense o europeo medio?

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    1. Gracias por tus comentarios. Me alegro que esta reflexión haya servido para exponer opiniones. Mucha razón en lo que comentas.

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