Scrooge se retira a dormir en su habitación. Está inquieto por la visión del fantasma de Marley y por el aviso de éste: vendrán a visitarle tres espíritus. El primero, a la una:
Tras unas horas durmiendo, Scrooge despierta y nota un extraño resplandor:
Una extraña figura aparece a los pies de la cama. Parece un niño y un anciano a la vez:
-Soy el espíritu de las Navidades pasadas.
El espíritu le indica que van a visitar juntos su pasado. Scrooge no sale de su asombro, pero sigue al misterioso espíritu:
Cuando el espíritu abre la ventana entra el frío de fuera. Scrooge se asusta:
-¡Pero... soy mortal y me caeré!
-Permite que toque con mi mano tu pecho: eso bastará.
Y así, Scrooge y el espíritu flotan por el aire. El viejo avaro se asusta y se entusiasma a la vez al contemplar la ciudad desde arriba. Pero la ciudad desaparece ante sus ojos para mostrar en su lugar otra mucho más pequeña:
-¡Conozco este lugar! Aquí pasé mi infancia.-exclama Scrooge.
Los niños de la escuela salen corriendo gritando y cantando villancicos. Scrooge los conoce a todos.
-No pueden vernos ni oírnos: son solo sombras del pasado.-le indica el espíritu.
Luego señala la escuela:
-La escuela aún no está vacía del todo: todavía queda un niño, olvidado por sus amigos.
En efecto, ven a un niño triste, sentado en uno de los bancos:
Entonces se oye una animada risa: es una niña.
-¡Hermano! ¡He venido para llevarte a casa!
La niña le abraza.
-¿A casa, Fan?-pregunta el niño.
-¡Sí! Nuestro padre está más cariñoso. Le pregunté si podías volver a casa por Navidad y dijo que sí ¡Lo vamos a pasar en grande!
Los dos niños se abrazan.
-Tenía un gran corazón.-dice el espíritu.
-Sí... -dice Scrooge aguantando una lágrima.
-Murió, pero tuvo un hijo.
-Sí, mi sobrino Fred...
-Vamos a ver otras Navidades.
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