lunes, 29 de noviembre de 2021

Prestación de homenaje

 Tras su regreso de las Cruzadas, el señor del castillo se pone al frente de los asuntos del feudo. En este caso, un miembro de la baja nobleza desea ponerse bajo su protección: desea convertirse en su vasallo. La ceremonia por la que pasa a convertirse en tal tiene lugar en el gran salón, en la torre del homenaje. El clérigo Guibert, capellán y consejero del conde, ejerce como testigo:




   El contrato de vasallaje no se hace por escrito. Es un juramento que solo necesita la presencia de testigos. El vasallo pide al señor ponerse bajo su protección. A cambio, el vasallo deberá ayudar al señor en lo que éste vea necesario. Por ejemplo, ayudarle si se ve metido en un conflicto, entregar una suma cuando su hija se case o su hijo sea nombrado caballero, aconsejarle, etc. A cambio, el señor le defenderá si es atacado o si le acusan de un delito:




  Aceptado el homenaje, el vasallo pone sus manos entre las del señor, como gesto de acuerdo:




 Para sellar el acuerdo, el vasallo jura su compromiso de lealtad ante un objeto sagrado, en este caso, una Biblia:



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