El contrato de vasallaje no se hace por escrito. Es un juramento que solo necesita la presencia de testigos. El vasallo pide al señor ponerse bajo su protección. A cambio, el vasallo deberá ayudar al señor en lo que éste vea necesario. Por ejemplo, ayudarle si se ve metido en un conflicto, entregar una suma cuando su hija se case o su hijo sea nombrado caballero, aconsejarle, etc. A cambio, el señor le defenderá si es atacado o si le acusan de un delito:
Aceptado el homenaje, el vasallo pone sus manos entre las del señor, como gesto de acuerdo:
Para sellar el acuerdo, el vasallo jura su compromiso de lealtad ante un objeto sagrado, en este caso, una Biblia:
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