sábado, 8 de marzo de 2025

Hacia la Especiería

  Aprobado el proyecto de Magallanes por el rey Carlos I, el viaje puede dar comienzo. El navegante portugués supervisa los preparativos en el puerto de Sevilla. La Corona aporta cinco barcos para la expedición: Trinidad, Santiago, San Antonio, Concepción y Victoria. También aporta 234 marineros. Magallanes y sus hombres, entre ellos, Juan Sebastián Elcano, maestre de la Concepción.



    Pero la Casa de Contratación, con el obispo Juan Rodríguez de Fonseca al frente, no permite que se haga nada sin su supervisión. Por eso, impone a Juan Cartagena como veedor real en la expedición.

    
    Magallanes no ve con buenos ojos esta imposición de Fonseca ni otras. No se fía de este Juan de Cartagena y empieza a tener un cierto resquemor hacia los españoles. Solo consigue que 31 portugueses se unan a la expedición.


    Otro miembro se une a la expedición: es el veneciano Antonio Pigafetta, de Vicenza. Humanista, cartógrafo, conocedor de varias lenguas, Pigafetta ha leído los relatos de los viajes de Colón y Vespuccio y quiere viajar en busca de aventuras. Magallanes lo contrata.


    El 10 de agosto de 1519, las cinco naves parten de Sevilla. Todas lucen la cruz de la orden de Santiago en sus velas. Descienden el río Guadalquivir hasta Sanlúcar de Barrameda.


 A partir de allí, mar abierto. Rumbo sur-suroeste. La ruta hasta América es conocida,  pero ¿Qué pasará a partir de allí? ¿Qué peligros les esperan?











STOP Leyenda Negra (XII)

      Hoy es 8M y como ya hay furias feministas radicales (yo estoy a favor del feminismo que predicaba la igualdad entre hombres y mujeres, cosa contra la que creo que no está nadie hoy día) desde hace semanas gritando que todos los hombres somos "agresores" y "opresores", repartiendo propaganda en los institutos, etc,. me veo en la obligación de hablar, dentro de esta sección sobre la Leyenda Negra, del papel de las mujeres en la conquista de América. Esas furias, para quienes todos somos machistas y fascistas y que, en mi opinión, no representan a las mujeres, nunca os hablarán de aquellas valientes mujeres del siglo XVI, en la gran aventura española en América.
    Comenzamos con Anayansi, la bella indígena de Darién (Panamá) que se casó con Vasco Núñez de Balboa, el primer matrimonio interracial por amor en el imperio español.


     A continuación, pasamos a Malintzin o Malinalli o Malinche o Marina (su nombre español adoptado por ella), la intérprete y amante de Cortés en la conquista de México. 


    Al principio de la conquista, los españoles encontraron en Yucatán a Jerónimo de Aguilar, un náufrago de la expedición de Juan de Valdivia, desde el Darién a Cuba. Cortés y sus hombres lo encontraron y él sirvió de intérprete para la expedición, pues hablaba maya.


    Más tarde, conocieron a Malinche, que les fue regalada por los indios tabasco, tras la batalla de Centla. La joven hablaba maya y nauatl, por lo que sirvió de intérprete para Aguilar, y este, para Cortés. Malinche aprendió rápido el español y, así, pudo ser la intérprete directa del conquistador.


    Fue Malinche la que le abrió a Cortés las puertas de Tenochtitlán. Los aztecas la tenían por traidora. Pero decir que también los mexicanos la tienen por tal, sería absurdo. Porque, como bien sabemos, aunque ni esas furias ni las furias woke (que son las mismas) os lo dirán nunca, la conquista del imperio azteca fue llevada a cabo por  varias tribus y pueblos aliados de los españoles contra el yugo azteca. Por eso, para todos ellos, Malinche no es una traidora, sino una aliada. Y también hubo mestizaje entre ella y Cortés.


    La siguiente mujer valiente de la conquista es María de Estrada. Fue una dama noble de Sevilla. Se dice que su padre era cántabro, aunque dada la abundancia del apellido Estrada en Asturias, lo más lógico es que fuera de origen asturiano.
    María viajó a Cuba y allí se casó con Pedro Sánchez (😨no, ese no,😂) Farfán. Junto a su marido, formó parte de la expedición liderada por Pánfilo de Narváez y ordenada por Diego Velázquez de Cuéllar a México para detener a Cortés. 


    Al llegar a México, María y Sánchez Farfán se pasaron al ejército de Cortés. Se cuenta que fue la propia María la que dejó tuerto a Narváez. No hay duda de que María era una mujer "empoderada", y no necesitó a ninguna "hermana" morada para saberlo...
    Durante la la llamada Noche Triste, en la evacuación española de Tenochtitlán, María luchó con espada y rodela contra los aztecas. Volvió a contraatacar más tarde en Otumba junto a Cortés y sus aliados tlaxcaltecas. Tras la muerte de Sánchez Farfán, María se casó en segundas nupcias con Martín Partidor, y junto a él fundó la ciudad de Puebla. De María contó Cortés que la tenía "en lugar de hermana". Tal era el aprecio que el conquistador de México tuvo por esta mujer de armas tomar.

    La siguiente es otra que no necesita de propaganda morada para saber que era una mujer empoderada y mucho: Inés Suárez. Esta cacereña, natural de Plasencia, embarcó al Perú en busca de su esposo: Juan de Málaga. Allí, tuvo noticias de la muerte de este en la batalla de Salinas (1538), suceso que enfrentó a los partidarios de Pizarro con los de Almagro. Más tarde, conoció a Pedro de Valdivia, de quien se enamoró. 


    Junto a él, partió al sur, a la conquista de Chile. Inés participó en la fundación de Santiago, actual capital del país andino. En ausencia de Valdivia, que había partido a sofocar una rebelión, Inés lideró la defensa de la nueva ciudad contra el ataque de nativos hostiles. E incluso decapitó al líder del ataque.



    Como vemos, mujeres intrépidas, decididas. Durante años, su vida, como la de todas las mujeres del planeta, estuvo unida a la de los hombres, sin que ninguna furia morada viniera en el siglo XXI a decirles que estaban "oprimidas". Así que, como somos iguales y no necesitamos de locos que nos lo digan, vivan los hombres y mujeres de la gran aventura española en América.

jueves, 6 de marzo de 2025

Las sirenas en la Edad Media

 Y tu voz igual que el coro de las sirenas de Ulises me encadena


    Todo el mundo ha oído hablar de las sirenas, mujeres míticas con cola de pez que están inmersas en el imaginario colectivo. Todos conocemos a Ariel, la sirenita, adaptación con final feliz del triste cuento original de Andersen.


    Pero ¿de dónde viene el mito de las sirenas? Como sucede con muchos otros, de la mitología griega. Pero no eran mujeres con cola de pez, sino mujeres con su parte inferior de ave. Así aparecen en su aparición más famosa del mundo grecorromano: en la Odisea, atrayendo con sus cánticos a Ulises y sus hombres hacia las rocas. Suerte que el astuto Ulises mandó que le ataran al mástil y que sus hombres se pusieran cera en sus oídos.


    En la mitología nórdica se habla de las nueve hijas de Aegir, el anciano del mar, que equivaldrían a las nereidas griegas. Las hijas de Aegir son similares a las sirenas por su atractivo sobre los incautos marineros, pero no tienen cuerpo de ave ni de pez. Viven en el fondo del mar fabricando cerveza.



    Pero la imagen de las sirenas cambió completamente en la Edad Media. Se mantuvo la idea de atracción sexual y sensualidad de aquellos seres de la Odisea. Pero el Mediterráneo era un mar más que explorado al caer el imperio romano de Occidente. Había sido el mare nostrum de fenicios, griegos y romanos. No podía haber sirenas allí. Como sucedía con las amazonas, las sirenas pasaron a habitar fuera del mundo conocido. Y en la Edad Media, ese mundo era el Atlántico, el terrible Mare Tenebrosum. Y las sirenas ya no tenían cuerpo de ave, sino de pez.


    Las sirenas comienzan a aparecer en las leyendas atrayendo a los marineros con su belleza hacia el temido abismo.


    Así, va aumentando el miedo a navegar en mar abierto por el Atlántico. Pero las sirenas cobraron, además, un significado a nivel religioso. Fueron identificadas con la lujuria. Así, comenzó a ser corriente representar este pecado en las iglesias medievales como una sirena con dos colas.








    François Bourgeon juega con esta iconografía en su saga Los compañeros del crepúsculo. Aparecen tres sirenas con dos colas como escudo de la ciudad de Montroy, en la que se sitúa la acción del tercer álbum, titulado El último canto de los Malaterre.





Como emblema también de la posada en la que se hospedan los personajes.


Y en otras ocasiones.






Rara vez la encontramos en las iglesias con una cola, como aquí, en un capitel de la iglesia de San Claudio de Zamora.



    A medida que avanza la Edad Media, el carácter maligno de las sirenas hace que la cola de pez se convierta, con el tiempo, en cola de serpiente. Así surge la leyenda de Melusina, el hada que se casó con un noble francés. Este fue advertido por su bella esposa de no molestarla el sábado. Movido por la curiosidad, el marido incumple el trato y espía a su esposa ese día de la semana. Y ve cómo Melusina se ha transformado en mujer-serpiente.


Melusina, al verse sorprendida, sale volando por la ventana y no vuelve jamás.


    Con las exploraciones en los viajes a América se renovó el interés por las sirenas, una vez que, con el primer viaje de Colón, se consiguió cruzar el Atlántico y acabar con el temor a este océano. El propio Colón aseguró haber visto sirenas en enero de 1493.


    ¿Qué fue lo que vio realmente Colón? Todo apunta a que se trataba de manatíes, abundantes en el Caribe.


Pero hay que usar mucho la imaginación para confundirlos con sirenas...



    El Bosco, de pensamiento mucho más medieval que renacentista, sitúa una sirena en El jardín de las delicias, últimos coletazos (nunca mejor dicho) del imaginario medieval.


    En el mundo nuevo del Renacimiento y con la exploración del Nuevo Mundo, los seres fantásticos quedan reducidos a la superstición popular. Y así, las sirenas van desapareciendo. Las leyendas, recuperadas en el Romanticismo, las recuperarán posteriormente y ya solo podrán vivir allí.






miércoles, 5 de marzo de 2025

Lo que ofrece un derbi

  Los que me conocen saben que me gusta viajar en el tiempo. Si tuviera cómo lo haría, claro. Pero, mientras tanto, la única manera de viajar en el tiempo es con los recuerdos. Y el derbi Real Madrid-Atleti de ayer lo permitió. Aunque, por otra parte, son muchos los momentos y emociones que está dejando esta Champions 2024-2025 para que podamos viajar en el tiempo.
    Ayer, 4 de marzo, vikingos e indios se enfrentaron en el Bernabeu, en el partido de ida de octavos. E, inconscientemente, si somos viajeros en el tiempo o simplemente nostálgicos, no pudimos evitar recordar (sin malicia, lo juro) las finales de Champions contra el Atleti en 2014 y 2016, en Lisboa y Milán, respectivamente. Y de verdad que no quiero fastidiar, porque tengo amigos del Atleti y sé del sentimiento que les hacer sufr..., digo vivir esta gran afición. Pero, de nuevo, los rojiblancos de Simeone fueron derrotados ante los blancos de Ancelotti por 2-1.


    Ayer empezaba el partido a las 21:00, mientras yo estaba todavía en la sesión de oposiciones, que, excepcionalmente, este martes fue de 18:00 a 21:00, al revés de otros días, que empezamos a las 17:00. Y ya empezado el partido, tuve que hacerme el loco y seguirlo por el móvil. Y en el minuto 4 llegaba el gol de Rodrygo.




    Un rayo, una saeta ("ya ataca mi Madrid"), transformada en el brasileño, que encajó el gol por la escuadra. 
    En el minuto 32, Julián Álvarez llenaba de esperanza a los colchoneros con el gol del empate. No podíamos desanimarnos ahora. Y, por eso, tocaba viajar en el tiempo. Por eso, tras el descanso, llegaba el segundo gol del Madrid con Brahim, y también por la escuadra, con un ángulo todavía más cerrado.


    Euforia blanca, llanto rojiblanco. Sí, el viaje en el tiempo es una de las muchas cosas que ofrece un derbi. Eso y una victoria en el partido de ida que esperamos mantener en el de vuelta. Seamos cautelosos.





martes, 4 de marzo de 2025

Un jinete solitario

  El horizonte se vuelve rojo en esta tierra desolada. Cabalgas por el desierto sobre un caballo sin nombre.



¿Hacia dónde cabalgas, Roy Donegan? El camino ha sido largo ¿recuerdas?


    ¿Te acuerdas de Light Valley? Sí, te acuerdas bien. Mataste en duelo a aquel cacique que tenía dominada la zona. Ese maldito hijo de perra cruel y soberbio. También te enfrentaste a sus poderosos amigos. Y libraste a Light Valley de ellos. 


    Sí, lo lograste, Roy. Tú y tu revólver. Cumpliste tu venganza. Y, de nuevo, recorrer el oeste con tu caballo. Eres un tipo duro, solitario. ¿Cómo dices, Roy? ¿Que tu vida es el revólver? 


    Sí, es posible... Pero no nos engañas, Roy. Sabemos que en realidad lo que más deseas es una mecedora en el porche de una casa, con esos ojos azules a tu lado. Esos ojos azules de la muchacha que no has olvidado. Sí, Roy, esa es realmente la vida que deseas.










lunes, 3 de marzo de 2025

Un año de la victoria

  La estancia en Valdeluz fue una guerra, una guerra que gané. No contra los alumnos, al contrario, ellos fueron mi apoyo. Mi guerra fue contra la injusticia, la dictadura de su director y dictador, la subnormalidad, la hipocresía y el pensamiento unilateral. Hace ya un año de mi victoria contra la autoridad, aunque resulta cómico hablar de autoridad para referirse a un niñato. Aunque sea un niñato con amigos poderosos. Aunque tuviera cosas en mi contra, nada importa cuando uno defiende lo que es justo. Cuando hace prevalecer la justicia, lo que es correcto y salvar una vida. 


    La luz que venció fue la que vosotros portasteis. La que no se apaga en Hawkins. La que me hizo vencer cuatro veces: la que me hizo imponerme y hacer cumplir lo que era justo ¡Qué jura de Santa Gadea viví allí! El 10 de octubre de 2023 quedará para siempre.


    La misma luz que me devolvió la tutoría aquel 16 de octubre, en el momento más oscuro, cuando creí que perdería a mi ejército. Pero la luz venció. Y seguí con vosotros. 



    Y en diciembre llegó la contraofensiva del dictador, filtrando lo que yo expuse en la evaluación ¡Cómo caíste tan bajo, ser lleno de envidia y ambición! Pero fuiste de nuevo derrotado y de nuevo brilló la luz.
    La misma luz que brilló el 1 de marzo, cuando el dictador intentó acabar conmigo, como Jesús ante Pilato ¡Allí estabais vosotros, esperándome en el pasillo! ¡Cuántos profesores han deseado tantas veces tener una escena como aquella! Y yo la tuve. Allí estabais, como en el final de El club de los poetas muertos.


Como en el final de Brubaker.


Como en el final de La leyenda de Billy Jack.


    Sí, allí estabais. Y ganamos. El dictador no volvió a levantar cabeza. Alumnos y padres os alzasteis porque visteis que esto era justo. Solo algunos profesores os secundaron. Pobres cobardes el resto...
     Las grandes historias son estas. Ganamos la guerra de Valdeluz con un ejército de paz. Jamás os olvidaré. 




¡GRACIAS VALDELUZ!
¡GRACIAS HORCHE!