Y los rumores acaban siendo ciertos. Los oberste (especie de coroneles) enviados por Von Frundsberg acuden a las provincias imperiales para reclutar a los lansquenetes. Todo varón mayor de edad fuerte, valiente, que desee una paga de soldado y rico botín (y que tenga unos tendones fuertes para sostener la zweihänder...) puede alistarse.
Este oberst acaba de entrar en Augsburgo para buscar mercenarios dispuestos al combate. Las gallinas se asustan y arman revuelo. Todos escuchan el bando de reclutamiento.
Este pergamino me ha venido muy bien en varias creaciones, pero creo que cuando se vea por la parte de atrás usaré en su lugar un mapa del tesoro para que no aparezca siempre el escudo de la torre.
Varios ciudadanos de Augsburgo se deciden. Algunos ya son lansquenetes experimentados que todavía lucen sus heridas de la última batalla: la intervención en la ciudad de Reutlingen contra el duque Ulrich de Württemberg. "Hace ya seis años de aquello"-dice Heinrich, un lansquenete de rojo bigote-"Todavía llevo una cicatriz en mi brazo izquierdo. Pero voy a apuntarme a esta también, dicen que en Italia pagarán bien".
Konrad es agricultor, pero quiere probar suerte en la compañía. Necesita dinero y le han dicho que la tesorería imperial no escatimará, siempre que se logre el objetivo (y la tesorería depende de todas formas de la banca Függer que tiene su sede en Augsburgo, todo queda en casa...).
-"Bastará con una marca"-les indica el oberst.
Me gusta mucho tu escena del reclutamiento, le habría venido bien un suelo empedrado que te he visto posteriormente.
ResponderEliminarSobre la paga de los lanskenetes comentar que los que luchaban en primera linea como elemento de ruptura recibían doble paga y así eran denominados.
Muchas gracias. Pero ten en cuenta que fueron mis primeras entradas y todavía estaba muy verde en el tema de decorados jaja Todavía no tenía un suelo empedrado y eso.
ResponderEliminarGracias por el apunte, se tendrá en cuenta.