Gessler se enciende furioso ante la respuesta de Wilhelm Tell:
-¡Guardias, arrestadle! Vas a pagar cara tu osadía:
Los guardias de Gessler agarran a Tell por los brazos. El ballestero se resiste unos momentos.
-¡Padre!-dice Walter asustado.
-No temas, Walter ¡Ve con tu madre!
-¡Coged al mocoso!-ordena Gessler. El capitán de la guardia se lanza tras él, pero Walter es mucho más rápido y ágil:
-El niño ha huido, señor.
-¡Bah! El crío no me importa: ya tenemos a Tell.
Gessler sonríe de manera diabólica al mirar a su enemigo agarrado por sus hombres:
-Maldito seas, Gessler. He cumplido con tu ordalía ¡Libérame!
-Disparar una flecha a una manzana no rebaja tu rebelión. Vas a pagar por tu desafío a la autoridad, Tell. En el castillo de Kustnachl veremos si el gran Wilhelm Tell es capaz de resistir el acero del verdugo ¡Encadenadlo! Marcharemos a Kustnachl en barca:
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