martes, 17 de septiembre de 2019

Guillermo Tell (V)

Tell tensa su ballesta. El sudor cae por su cara. Mira a su hijo y ruega a Dios que el tiro sea certero.



  Walter intenta no temblar para que su padre vea que no tiene miedo. Espera que la flecha sea disparada.


¡Y Tell dispara la flecha!


Como un relámpago, la flecha recorre veloz los cien pasos ¡y se clava en la manzana!



  Los aldeanos estallan de júbilo. Tell y su hijo respiran aliviados.



Gessler no puede ocultar su rabia, especialmente ante las voces que aclaman a Tell. Creía poder vencer al famoso ballestero, pero una vez más Tell ha triunfado.


  Los guardias desatan a Walter y éste corre a abrazar a su padre con la manzana atravesada.
-¡Padre! 



 Gessler se acerca a caballo.
   -Veo que lo has logrado, Tell. Y... como soy magnánimo... te liberaré de tu pena... Pero antes quiero preguntarte algo ¿Por qué pediste dos flechas?




 -Una era para disparar a la manzana. La otra era para matarte a ti si mi hijo hubiese muerto. Y esa segunda flecha habría dado en el blanco ¡Te lo aseguro!










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