En Santa Gadea de Burgos,
do juran los fijosdalgo,
allí le toma la jura el Cid
al rey castellano.
Las juras eran tan fuertes
que a todos ponen espanto.
Como ya comenté, la jura de Santa Gadea nunca tuvo lugar, pero los romances difundieron esta escena de la epopeya del Cid hasta el punto de que todavía hoy es uno de los episodios más conocidos de su vida.
La imagen del Cid como un caballero altivo y desafiante (en un romance se dice que es "el soberbio castellano") es la que promocionaron los romances, frente a la imagen de hombre recto y afable que promocionó el Cantar de Mío Cid.
En la película de El Cid la escena tiene lugar en el exterior, a la puerta de la catedral de Burgos, un magnífico decorado románico muy parecido a Santo Domingo de Soria. Aunque ficticia, como digo, la escena está muy bien lograda en la peli, con la tensión que logra Charlton Heston.
En realidad sí hubo una jura del rey Alfonso VI, pero la típica jura que cada rey realiza el día de su proclamación ante los nobles del reino (actualmente ante las dos cámaras de representantes). En España e igualmente en los antiguos reinos hispánicos, el rey no es coronado en una ceremonia en la que se le rinden honores, como por ejemplo en Gran Bretaña o Noruega, sino que es proclamado como tal por las cortes con la condición de que cumpla con la ley, cosa que el monarca jura hacer.
Pero se desconoce en qué lugar tenían lugar estas proclamaciones. Lo más seguro es que variase. La actual iglesia de Santa Gadea es gótica, por lo que no sirve como marco para una nueva reconstrucción de aquella escena del Cid. Ojalá Ridley Scott nos legara una nueva versión del Cid antes de morir: es el único actualmente capaz de hacerlo.
Revivir la escena con Playmobil no es difícil, pero sí en cuanto a las figuras.
Aunque la escena es legendaria, sí he querido aproximarme, como en todos los posts dedicados al Cid, a la vestimenta de aquel siglo XI.
El problema es que la mayoría de las figuras medievales civiles de Playmobil son más de la Baja Edad Media que de la Plena. Además, es difícil lograr vestimentas de nobles en tiempo de paz. En el caso de las damas escasean más todavía. Pero aquí está la jura de Santa Gadea:
Reconstruir una iglesia románica no es difícil con las piezas de steck. Me gusta mucho el efecto de los dos arcos seguidos en medio, como si fuesen las naves. La falta de luz, comprensible como forma de combatir este calor, no es tampoco extraña si tenemos en cuenta que la arquitectura románica tenía pocas ventanas y se buscaba sobre todo la penumbra para el recogimiento.
Sé que la heráldica no fue corriente hasta el siglo XII, pero me es imposible no aludir a los dos reinos de Alfonso VI, Castilla y León, tanto en estandartes como en vestimentas. En el uniforme de los guardias sí he intentado aproximarme más al siglo XI, teniendo también en mente a los guardias rojos del obispo de Aquila en Lady Halcón.
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