miércoles, 13 de septiembre de 2023

Los valientes de Fort Glory (IV)


  -Bien, pasemos a mi despacho si lo desea, coronel... Bueno, al suyo, mejor dicho...


  -Si sus instalaciones son directamente proporcionales a la disciplina de sus hombres, este fuerte deja mucho que desear, mayor...
-Reconozco que el cabo Spike no es precisamente un ejemplo de pulcritud, pero no hay inconveniencias en el desempeño de sus funciones y...
-¡Basta con ese asunto! ¿Acaso quiere contradecirme?
-No, coronel...


-Usted lo ha dicho, mayor: todos debemos ocuparnos de nuestras funciones. Y es precisamente eso lo que he venido a hacer a Fort Glory. Bien, por lo que veo su despacho está bastante aceptable... tiempo habrá de comprobar el resto de sus instalaciones.


 El coronel Foster mira hacia el escritorio del mayor:
-¡Ajá! Veo que al menos tienen colocado el retrato de nuestro presidente junto a la bandera, como es reglamentario.
-Naturalmente, coronel.
      


-He aquí todo un militar. Se formó en West Point, como yo ¡Es el verdadero héroe de la Unión!
-Luché a sus órdenes en Chattanooga. Por aquel entonces yo era capitán.
-De modo que conoció usted a Grant en persona.
-Fue un honor servir a sus órdenes, ciertamente.


-¡Ya lo creo que debió serlo! Y ha de ser un ejemplo para todos, mayor. Que todos sus hombres lo tengan siempre presente. 


  El coronel echa una última mirada a su alrededor y se vuelve de nuevo al mayor O'Donnell:
-Mayor, sepa que no voy a tolerar la indisciplina. No me importan lo buenas o malas que sean las intenciones de sus subordinados. A partir de este momento regirá el orden en Fort Glory. No dudo de la eficacia de sus servicios, mayor, pero he sido destinado aquí para imponer el orden.


 El mayor O'Donnell suspira. El coronel continúa con su discurso:
-Y mi misión compete también a los indios. Sé que la situación ha empeorado en Wyoming, no se atreva a negarlo. Quiero ocuparme personalmente de ello. Ya no hacen falta comisarios de asuntos indios. En todo el ancho territorio de los EEUU hay leyes ¡Para todos! También para esos salvajes. Y yo sabré hacerlas respetar. 







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