miércoles, 30 de septiembre de 2020

Capitán Kidd

   William Kidd fue uno de los piratas más famosos de la historia. En él se puede ver el paso de corsario a pirata. 



   Kidd comenzó sus aventuras a finales del siglo XVII como corsario a las órdenes del rey Guillermo III de Inglaterra, ganando una buena fortuna. Como corsario, sus órdenes eran claras: podía atacar cualquier barco enemigo y destinar una parte del botín a la Corona. Es decir, no atacar ni barcos ingleses ni neutrales. Esto supondría un acto de piratería. Esto nos lleva a dejar clara la diferencia entre corsarios y piratas:

Corsarios: al servicio de un país. Sólo atacan los barcos de países enemigos: nunca del propio país ni neutrales.

Piratas: actúan por su cuenta, sin importar la nacionalidad de los barcos ni de los puertos que atacan.

  Y esto fue lo que convirtió al capitán Kidd en pirata, ya que en 1698 abordó un barco armenio que navegaba bajo pabellón francés. La noticia llegó a Inglaterra, donde no consideraron al barco armenio como enemigo y ordenaron la busca y captura de Kidd por piratería. Éste fue arrestado en Boston, llevado a Londres y ejecutado en 1701. 
    Varios historiadores creen que todo fue una confabulación contra Kidd y que las acusaciones de piratería fueron falsas.




        El capitán Kidd tiene el privilegio de ser uno de los pocos piratas históricos mencionados en La isla del tesoro. También fue el que originó la leyenda de que todos los piratas enterraban sus tesoros en islas. Todavía hoy se siguen buscando los tesoros del capitán Kidd. Algunos hablan de la isla Gardiners, en el estado de Nueva York. Otros hablan de Madagascar y de la isla de Takarajima, en Japón.
  El caso es que el capitán Kidd ordenó enterrar su tesoro. Aquí le vemos ordenando la tarea a sus hombres:









martes, 29 de septiembre de 2020

Bestiarius

  Los bestiarius eran gladiadores especializados en la lucha contra fieras cuerpo a cuerpo. Según las crónicas, el espectáculo de los bestiarius tenía una gran fama en la antigua Roma. Solían celebrarse en los anfiteatros en la programación matinal, mientras que la tarde se reservaba a los combates de gladiadores:




 Por eso, la demanda de fieras de las ciudades del imperio, especialmente de Roma, era elevada. Los romanos solían comprarlas en el norte de África a comerciantes nativos, como aparece en Gladiator y como el magnífico comerciante cartaginés que nos mostró Neperiano. Estos, a su vez, los compraban a comerciantes del África subsahariana o mandaban capturarlos a cazadores.
  Estos bestiarius, que trabajan para un comerciante romano afincado en Alejandría, han decidido hacer lo que muchos comerciantes europeos harán a partir de la Baja Edad Media (en el caso de la seda y las especias): intentar llegar a la materia prima sin depender de intermediarios. Así, como los soldados de Nerón, estos bestiarius se adentran en el África subsahariana para atrapar leones, leopardos, rinocerontes, etc.

  





   Antecesores de los personajes de Hatari, estos bestiarius se sirven de lanzas, redes y fuego para atrapar estos animales vivos:














lunes, 28 de septiembre de 2020

Rob Barrett


      Rob Barrett es un viejo trampero bastante huraño. Construyó su cabaña a la orilla del lago Silver (por fin le doy a esta cabaña del lago su uso original):




Barrett disfruta sentándose en su mecedora y fumando una pipa mientras contempla el lago:




Me gustan los reflejos y sombras que se consiguen usando este plástico azul para el lago:






viernes, 25 de septiembre de 2020

Un pacto de hace 32000 años

 
    En algún lugar de Europa, hacia el año 30000 a.C. El hemisferio norte todavía se halla en la glaciación Würm. El hombre y el lobo son rivales en la caza.



 Un cazador observa los movimientos de un lobo, su táctica para atacar a sus presas. Si pudiera usar esa fuerza y esa destreza a su favor, mejoraría sus cacerías:



       El lobo merodea cerca del poblado. Se le odia y se le teme, pero este cazador sigue obervándole. Descubre que el lobo come los restos de comida que los miembros de la tribu han dejado en las proximidades. Días después, es el propio cazador el que coloca esos restos para atraer al lobo:



     Tras semanas y semanas de paciencia, el cazador logra que el lobo se confíe. Tiempo después, el lobo sigue al cazador, pues sabe que podrá sacar algo. Y así, de lo que abate el cazador, le entrega una parte de la carne al lobo. Pasa el tiempo y hombre y lobo ya van juntos de caza. Gracias al olfato del lobo, el cazador sigue el rastro de presas a las que antes no habría llegado a encontrar:










     Pasa el tiempo, y el lobo vive cada vez más cerca de la tribu. Y el cazador descubre que el lobo es también un buen guardián para defenderles contra los depredadores. Un pacto acaba de ser sellado.




        Pasan los siglos y el lobo que aceptó el pacto del hombre va cambiando en su forma y comportamiento hasta convertirse en perro. Es ya uno más de la tribu y los cazadores ya no entienden su día a día sin él:







martes, 22 de septiembre de 2020

Profesor Gutenhoff

    A la espera de poder conseguir unas cuantas piezas egipcias y siguiendo la estela de Neperiano y sus arqueólogos, y los de las ruinas de Cartago, aquí traigo unas pocas pruebas con fondo digital de mi nuevo personaje: el profesor Hermann Gutenhoff.




   Además de la "huella" de nuestro colega Neperiano, ha habido otras huellas. Una es la del recuerdo de Las auténticas aventuras del profesor Thompson, una serie española de dibujos animados que, aunque breve, tenía todos los ingredientes de las aventuras de egiptología y viajes en el tiempo. Un ejemplo más de la calidad y las buenas ideas de una época en la que a los niños se les ofrecía lo mejor, impensables hoy día:



   La otra huella es mi visita al Kunsthistorisches Museum de Viena en el verano de 2018, que además de tener una de las mejores colecciones de cuadros del mundo, posee una colección de piezas egipcias valiosísima. Aquí podéis comprobarlo en las fotos que hice:






   Para quienes no hayan visto las piezas egipcias del Museo Arqueológico de Madrid, las de Viena les impresionarán bastante. Y para los que las hayan visto, también, porque nos muestran el enorme interés que hubo en el imperio austriaco (y en buena parte de Europa) por la aventura de la egiptología. Desde los famosos vasos canopos:




Pasando por lujosos sarcófagos:







Joyas y amuletos:






Y una de las cosas que más me llamaron la atención: ¡cocodrilos momificados! De toda clase de tamaños:





El profesor Gutenhoff ha sido comisionado por el gobierno imperial de Austria para excavar en los yacimientos del país del Nilo en busca de valiosas piezas de los tiempos de los faraones:








miércoles, 16 de septiembre de 2020

Taberna medieval

    Vamos con una entrada que llevaba tiempo en el banquillo. Ya vimos una posada medieval, que es al fin y al cabo una taberna más. En el caso de la taberna de esta entrada, la encontramos en la ciudad. En realidad, una taberna no "pisaría" a otra, después de todo las tabernas eran uno de los establecimientos más populares de la Edad Media (y de la actualidad). Todo consiste en seguir explorando las posibilidades del steck con nuevas y variadas construcciones:



    Naturalmente, cualquier posada medieval que se quiera construir con Playmobil parte de la de la 3448, aunque sea en esencia, pero puede componer cualquier estructura. En este caso quería jugar sobre todo con las dos alturas y quería poner también un árbol al lado de la mesa de abajo, pero tapaba demasiado. La idea venía de esta imagen:



   Me encantan las jarras de cerveza de Playmobil y no me canso de usarlas en estos dioramas:







    En el piso de arriba parece que también beben lo suyo:







lunes, 14 de septiembre de 2020

El naufragio del San Telmo

 Océano Atlántico, 1819. El rey Fernando VII envía una división naval a El Callao (Perú) con el objetivo de restaurar el poder naval español en el Pacífico y auxiliar a las tropas en su lucha contra los independentistas hispanoamericanos. La división la forman 644 marinos y cuatro barcos: el navío de línea San Telmo (la nave capitana), el buque Alejandro (comprado a la armada rusa) y las fragatas Prueba y Primorosa Mariana. Al mando de la expedición se encuentra el brigadier Rosendo Porlier y Asteguieta, que embarca en el San Telmo, capitaneado por Joaquín de Toledo y Parra:








     La división parte de Cádiz el 11 de mayo. Porlier no parece augurar un buen viaje, pues sabe que los barcos no se encuentran en las mejores condiciones y que deberán bordear el cabo de Hornos en una época nada favorable. Como una premonición, se despide de sus colegas: "Probablemente hasta la eternidad".



     Pocas semanas después de abandonar España, a la altura del trópico de Cáncer, el Alejandro regresa a ésta, a causa de fugas de agua en su casco. Los otros tres barcos fondean en Río de Janeiro para aprovisionarse. 
    El 2 de septiembre alcanzan el mar de Hoces, que separa Suramérica de la Antártida. Al intentar bordear el cabo de Hornos, les sobreviene una tormenta. Los navíos intentan hacerle frente. El San Telmo desaparece entre las olas:



   Los tripulantes del Primorosa Mariana intentan avistarlo, pero es inútil. Su capitán, Melitón Pérez del Camino, anota lo siguiente en el cuaderno de bitácora: "Hemos dejado de ver al San Telmo en latitud 62º sur y longitud 70º oeste, con averías graves en el timón, tajamar y verga mayor". 




      El Prueba y el Primorosa Mariana consiguen desembarcar en El Callao entre el 2 y el 9 de octubre. El San Telmo, arrastrado por los vientos, se desplaza hacia el sur, a la deriva:










   El 16 de octubre, poco después de la desaparición del San Telmo, el bergantín británico Williams, al mando del capitán William Smith, desembarca en la Isla Livingston, la segunda más grande de las Islas Shetland del Sur, en la Antártida. El objetivo de Smith es reclamar el archipiélago para la Corona británica. Allí, descubren los restos de un naufragio:




   Smith y sus hombres identifican los restos como parte de un navío español. Para Smith, solo significa una cosa: él y sus hombres no son los primeros que han desembarcado en esta tierra de hielo.




     Entre los restos del naufragio aparecen también restos de animales ¿Los cazaron los supervivientes para sobrevivir? Y si fue así ¿qué ha sido de ellos?




    Smith informa al Almirantazgo de su hallazgo. Sus superiores silencian la noticia, pues la incorporación de las Shetland del Sur a la Corona resulta primordial. Dos años después, otro capitán británico, James Wedell, enviado para cartografiar las islas, informó sobre la zona explorada por Smith: "Varias piezas de un naufragio fueron halladas en las islas del Oeste, en apariencia pertenecientes a un buque de 74 cañones, probablemente los restos de un buque de guerra español perdido cuando hacía el pasaje hacia Lima".
        ¿Qué fue de los náufragos del San Telmo? ¿Murieron víctimas del frío de la Antártida? ¿Lograron construir una balsa y huir de la isla Livingston? Años antes de que Franklin y su Terror desaparecieran, otro barco entró en la historia de las expediciones polares, con bandera rojigualda. Los primeros que lograron pisar el suelo de la Antártida.