jueves, 28 de febrero de 2019

La heráldica de Playmobil XVII

    Seguimos con la heráldica de Playmobil y entramos ya en los llamados Merry Men (aunque en España nunca los llamamos así), es decir, los arqueros, cazadores, proscritos del bosque, amigos de Robin Hood... todos ellos han contribuido mucho y bien a aumentar la población civil medieval, lo cual se agradece bastante para los dioramas y demás. Tiempo habrá de comentarlos en profundidad.
  En este post deseo referirme al emblema heráldico que luce el cazador vestido de azul de la caja 3628, una de las más míticas y entrañables de aquellos medievales de los 90:


  Ya hemos hablado en otras ocasiones de esta caja. Tal es el entusiasmo por ella que compartimos los coleccionistas que el DS ha vuelto a sacarla. 
    El escudo es acuartelado de azur (azul) y plata (blanco). A pesar de su simpleza aparente queda bastante bien, teniendo en cuenta la vocación historicista del mismo, por así decirlo. Esta figura, que todo indica que se trata de un noble en compañía de sus monteros de caza, es una de las que más he usado para mis entradas, pues queda bien como noble medieval en traje de civil. Una pena que el escudo solo apareciese sobre el pecho y no como arma de guerra.

Playmoexclusivos: Capitán Iglo

  Vamos ahora con un Playmoexclusivo que puede venir muy bien para la temática del mar en el siglo XIX, la era victoriana y buena parte del siglo XX: el Capitán Iglo




Se trata de una creación para la marca de congelados belga Iglo. Representa al logotipo de la marca: un viejo lobo de mar con el uniforme de marino clásico. El capitán se convirtió en la cara visible de la marca y hasta llegó a las pantallas de televisión y  en los supermercados españoles a principios de los 90:


 Pero lo que yo recuerdo sobre todo fue cuando en la segunda mitad de esa década se convirtió de pronto en el Capitán Frudesa:


  La explicación de este cambio se puede decir que le pasó como a Playmobil en España, pero al revés. Es decir, si Playmobil empezó siendo comercializado como Famobil en nuestro país y luego apareció ya con su nombre original, Iglo cedió los derechos de venta a Frudesa. Por otro lado, tanto Iglo como Frudesa y Findus, según leo ahora, son propiedad del grupo británico Nomad Foods, así que todo queda en casa...
    Esta figura de Playmobil puede venir muy bien, como digo, para esas aventuras por los siete mares, especialmente por el Pacífico. Si le cambiamos la barba blanca por una barba negra tenemos perfectamente al Capitán Haddock:




Y si le ponemos patillas y un pendiente tenemos también a Corto Maltés:







lunes, 25 de febrero de 2019

Granja vikinga

  Un tema interesante dentro de la temática de los vikingos es las granjas. La economía de los pueblos del norte, aparte de los saqueos y el comercio de sus viajes, giraba en torno a este sistema familiar. De acuerdo con las ganancias de la familia, las granjas variaban de tamaño.
  En el libro The Vikings, del que hablamos el año pasado, hay ilustraciones muy buenas y didácticas sobre las granjas de aquellos intrépidos guerreros, que cuando no luchaban o viajaban en sus barcos cultivaban la tierra, pastoreaban el ganado, realizaban útiles y herramientas y acumulaban provisiones:







Pongo también esta de Google, que me ha gustado mucho:




   Leif Garmsson es el dueño de esta granja en Suecia. Junto a su familia realiza las labores del campo. Hombres y mujeres, ancianos y niños, todos colaboran en la economía familiar:







En el gran almacén, Leif revisa las provisiones, mientras su hermano Jörund repara la paja del tejado:




Hay carne ahumada, pescado en conserva, sal, trigo, hidromiel, cerveza, pieles... Parece que no falta nada:



  Solveig Thorwalsdotter, la esposa de Leif, ordeña a una de las vacas. Tampoco faltan gallinas, ocas ni cerdos en la granja:




Asa, la hermana de Solveig, recoge los huevos de las gallinas. Mientras, Björn Leifsson, el hijo mayor de Leif, atiende a las cabras:




 Hay que conservar la carne en unos toneles de sal. Así, podrán disponer de carne durante meses.




domingo, 24 de febrero de 2019

10º encuentro tintinófilo


   La tarde de ayer asistí al 10º encuentro tintinófilo. Una jornada casi primaveral en el corazón de Madrid, tras una mañana paseando por el parque de la Quinta de los Molinos, la tarde iba a estar marcada por el personaje creado por Hergé, cuyos seguidores somos muy numerosos por todo el ancho mundo.





    Tras hacer un homenaje a la estatua de Blas de Lezo en la Plaza de Colón, de camino al barrio de Salamanca, me dirigí a la calle Claudio Coello, donde se encuentra la Fundación Carlos de Amberes. Allí se organiza desde hace años este encuentro junto con la asociación tintinófila Mil Rayos. Esta fundación lleva tiempo fomentando los intercambios entre España y Bélgica y qué mejor embajador del país del cómic y las patatas fritas que Tintín.
     Al llegar al edificio encontré la exposición que viene siendo habitual en estos encuentros. Allí había de todo dentro del mundo de Tintín: libros, planchas, pósters, figuras, bocetos, objetos inspirados en el comic, etc. La primera vez que asistí, en 2014, estaba dedicada a Syldavia y Borduria, las naciones de Europa oriental inventadas por Hergé. En esta ocasión, todo giraba en torno a los 90 años de Tintín (1929-2019):





  Al llegar a la sala de conferencias saludé en primer lugar a José Luis Povo, dibujante, arquitecto, administrador de elforodelabd y experto en la obra de Hergé, a quien ya conocí en persona en 2014. Como cada año, la asociación premia a un tintinófilo famoso (en 2014 fue Joaquín Reyes). Este año el galardonado ha sido el arquitecto Oscar Tusquets. En la imagen, sentado el primero por la izquierda, sosteniendo su premio:



  Tusquets nos habló de su afición por Tintín, cuyas aventuras leyó en francés en su infancia en Barcelona. Nos contó anécdotas de aquella época y compartió con nosotros su amor por la obra de Hergé.
   Precisamente de arquitectura andaba el juego aquella tarde. A continuación, se unieron a Tusquets otros tres arquitectos: el propio José Luis, Paco Medina y Juan Delgado Torres




  El cuarteto compartió con nosotros el tema de la arquitectura en Tintín; cómo Hergé acudió a edificios reales para documentarse para su obra y, o bien los plasmó tal cual mostrándonos que se trataba de esos mismo edificios, o bien los transformó en otros nuevos:


Un descanso para el turismo en Tintín en el Tíbet.



Tintín, el capitán Haddock y Milú llegando a Moulinsart: algún día dedicaré una entrada a mi viaje al verdadero Moulinsart.


  A continuación, José Luis en solitario nos introducía al tema del uso del espacio en las aventuras de Tintín. A través de la proyección de distintas viñetas, José Luis (un verdadero lujo escucharle) nos fue mostrando la elección de Hergé para cada caso para mostrar el espacio: qué sacar y qué no en la viñeta. Con todo ello, comprobamos que, a diferencia de algunas sagas como Vasco o Lefranc, la arquitectura en Tintín está al servicio de la aventura y no al contrario.
  Me gustó especialmente cómo nos explicó José Luis la viñeta de El tesoro de Rackham el Rojo, donde vemos por primera vez la sala de marina del castillo de Moulinsart. Todo está pensado al milímetro: el suelo está pulido, como demuestran los reflejos (muy ligeros) de los personajes en él, que no tiene baldosas para no recargar la escena; el techo, la perspectiva, etc.


Y de cómo tiempo después, esa misma sala aparece en Las joyas de la Castafiore, pero aparecen elementos que han cambiado, como las ventanas:




  También nos mostró ejemplos de El cangrejo de las pinzas de oro o La isla negra, entre otros, donde el espacio, ya sea con fondos muy detallados o no, está nuevamente al servicio de la historia, de la escena, de la secuencia.
  Más tarde tomó el relevo David Baker, quien ya nos habló de los países imaginarios de Tintín en 2014. David se encargó de mostrarnos los orígenes de Tintín en Tintín en el país de los soviets:



  Fue curiosísimo descubrir a los dibujantes y películas en los que se inspiró Hergé para elaborar la que fue la primera aventura del héroe belga.
  Sentí no haberme quedado más, pero me gustó mucho este 10º encuentro y me fui con el deseo de poder asistir el año que viene al próximo. Gracias a todos los organizadores por vuestra labor.




viernes, 22 de febrero de 2019

La legión perdida

  Los partos, los terribles enemigos orientales de Roma, derrotan en el 53 a.C. a la legión comandada por el cónsul Marco Licinio Craso en la batalla de Carras, en las fronteras de Siria. El propio cónsul muere junto a tres cuartas partes de los legionarios:






    En Carras se perdió mucho más que el prestigio de Roma. Tras la noticia de la muerte de Craso, César y Pompeyo se enfrentaron por el poder en una guerra civil. Los partos, que habían demostrado ser hábiles jinetes y arqueros, marcaron nuevas fronteras. Los supervivientes fueron hechos prisioneros. Una parte de ellos fueron empleados como esclavos. El resto fue obligado a servir en el ejército parto en las fronteras orientales de este imperio: en la actual Turkmenistán.




  La pista de estos legionarios se perdió. Cuando treinta y tres años después el emperador Augusto firmó la paz con el rey Fraates IV de Partia, exigió a éste la devolución de los prisioneros romanos. Pero los partos ignoraban qué había sido de los legionarios de Craso.
   Efectivamente, la pista de la legión se pierde en la historia. Pero unas crónicas chinas cuentan que en el año 36 a.C. el general chino Gan Yanshou se enfrentó a un extraño destacamento de "bárbaros" en la ciudad de Zhizhi, en la provincia de Xinjiang (China occidental). Según las crónicas, estos bárbaros habían construido una empalizada rectangular de aspecto totalmente desconocido para los chinos. Estos bárbaros combatían alineados en una formación "como de escamas de pescado" ¿Se trataba de la testudo o "tortuga", la táctica de defensa romana de los escudos? ¿Eran aquellos bárbaros los supervivientes de Carras, que habían llegado hasta China?



  Tras ser vencidos, aquellos bárbaros fueron trasladados a la China del noroeste, a un asentamiento al que dieron el nombre de Li-Jien, que en chino significa "legión" y con el que los chinos llamaban al imperio romano.




  Sea como sea, el caso es que la mayoría de los habitantes de la actual Li-Jien tienen curiosamente rasgos europeos (cabello rubio, castaño, ojos azules...) ¿Fue aquel el destino de la legión perdida? Hoy sigue siendo un misterio.





Posta del oeste

  Las postas son escenarios frecuentes en las historias del oeste. Son los sitios en los que las diligencias y otros transportes paraban para repostar, poner caballos de refresco, provisiones, etc. Las postas aparecen en la película de La diligencia (1939):


 Y en Balada por un ataúd, la aventura mexicana del teniente Blueberry:




 Y también en La diligencia, el clásico de Lucky Luke:






  La posta de Travers es muy popular en Arizona. Allí se concentra todo el extraño mundo de la frontera: vaqueros, mexicanos, ex-sudistas, elegantes señores del este, forajidos...



  El señor Travers está al frente de este negocio. Aquí, los clientes podrán comer, cambiar sus caballos, reparar ruedas y comprar lo que necesiten:







  Acaba de llegar la diligencia procedente de Denver:






Los clientes pueden comer el típico menú de las postas: judías con bacon y café.





jueves, 21 de febrero de 2019

Conquistador español (V)

     Don Diego de Ordaz es uno de los capitanes de Cortés. A este noble zamorano le mueve mucho la ambición, pero acompañará a su señor hasta las más duras etapas de la conquista del imperio azteca:



Don Diego realizó la hazaña de escalar el Popocatepel, siendo el primer europeo en hacerlo.



La "gola" que tiene actualmente Playmobil (pieza originaria de los payasos) no me convence mucho, pero a falta de una mejor cumple su función ¿A vosotros qué os parece?


miércoles, 20 de febrero de 2019

Teniente Tower

  El teniente George Tower es el oficial a cargo de los Royal Marines que sirven en la Intrepid.



    Los Royal Marines son sin duda uno de los cuerpos más célebres de la marina británica, con su casaca roja y su distintivo sombrero:









Calle medieval a dos alturas

   Las posibilidades del steck son infinitas y aquí va una nueva muestra. La inspiración vino en este caso por una imagen que llevaba buscando largo tiempo por Google y que por fin conseguí encontrar en Pinterest:


  Se trata de la portada de un catálogo francés de los años ochenta. Me encanta por el despliegue de figuras y casas medievales, de aquella época en la que las manos no se movían y eran del color de los brazos. Había mucha menos variedad de diseños y piezas, pero fue la edad de oro de las casas medievales y de la población civil, sin ninguna duda.
   Me gusta también el efecto de dos alturas que se consigue con la escalera de piedra (que se puede observar a la izquierda) y es lo que he querido plasmar en este pequeño diorama. No para llegar a la parte superior de las casas, sino para pasar de una calle a otra.





   Siempre es un disfrute seleccionar piezas de esta estupenda arquitectura y colocar en un sitio y en otro e ir construyendo la vida urbana medieval: