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martes, 24 de junio de 2025

Hacienda mexicana

  Cuando los protagonistas de las historias del western cruzan la frontera siempre hay alguna rica hacienda mexicana.


Don Manuel Coronado es el dueño de esta hacienda. Ha pertenecido a su familia desde que fue fundada por sus antepasados españoles. Don Manuel presume con orgullo de su sangre de conquistadores y cría caballos que son la base de su patrimonio.









martes, 29 de abril de 2025

STOP Leyenda Negra (XIV)

   Antes de ayer, la actriz mexicano-americana Eva Longoria recogió el premio Platino 2025 de manos de otra hispana: la también actriz Sofía Vergara. Claramente emocionada por el galardón, Eva Longoria agradecía este y reivindicaba con orgullo sus orígenes españoles, más concretamente, de Asturias.



    La actriz habló de la presencia hispana (incidiendo bien en este término y no en el falso y extendido de "latinos") en EEUU y de los lazos con España. De cómo todos los hispanos (sí, este término nos une) deberíamos estar unidos, estrechar lazos. Por todo ese gran pasado que nos une. Pasado que no debería quedarse en algo anecdótico de la Expo de Sevilla 1992
    Además de España, Eva Longoria nombró México. Pero, como sabemos, el país azteca (otro término que habría que revisar) no pasa por su mejor momento en su relación con España, a quien señala como el malvado país opresor que lo conquistó hace 500 años (cosa que, como ya vimos, no achaca a EEUU, país que le robó la mitad de su territorio). De eso se han encargado bien López Obrador y Sheinbaum (con sus rituales extraños y confesionales). Y, por cierto, la presidenta mexicana no estaba entre los asistentes al funeral del papa Francisco el pasado sábado. Teniendo en cuenta lo mucho que esos líderes decían que amaban al pontífice, y que México es el segundo país del mundo en número de católicos (el primero es Brasil), la ausencia de Sheinbaum resulta inexplicable (como la de Sánchez, por otra parte...).


    ¿Y a quién le debe la Iglesia ese gran número de católicos en México? Pues no precisamente a Quetzalcoatl ni a Guatemoc, a quienes reivindica el gobierno mexicano, sino a los conquistadores españoles. Si México, Brasil y otros países iberoamericanos superan hoy en número de fieles a Europa, si la Iglesia presume de ser la primera religión del mundo y su presencia al otro lado del Atlántico, fue por la acción de hombres y mujeres (recordemos a María de Estrada o a Inés Suárez), laicos y religiosos españoles. Sí, los malvados españoles dimos a América a clérigos como Antonio de Montesinos y Bartolomé de las Casas, precursores de los derechos humanos.




    Dimos a Sor Juana Inés de la Cruz, la genio del siglo de Oro en América.



    Dimos a San Junípero Serra (canonizado por el papa Francisco), evangelizador de la Alta California, territorio que abrió para al exploración. El franciscano mallorquín que llevó el vino y la herrería al Oeste español, que fundó San Diego y otras ciudades, que defendió a los indios y luchó contra las autoridades para que tuvieran tierras propias.


    Misma defensa que en aquella misma época (mediados del siglo XVIII) ejercieron los jesuitas (hermanos de la orden del papa Francisco) en los territorios guaraníes de las actuales Brasil y Paraguay. Hazaña que rememora la película de La misión.



    ¿Por qué el papa Francisco nunca visitó España sabiendo lo que la Iglesia católica le debe por haber introducido el cristianismo en América? Nunca lo sabremos.










jueves, 20 de marzo de 2025

STOP Leyenda Negra (XIII)

    Todos hemos visto estos días la tontería por parte del gobierno de México por conmemorar la muerte de Cuatemoc, el último emperador azteca. Teniendo en cuenta que aquí, en España, la cosa está en conmemorar la muerte de Franco, no hay duda de que hay un espíritu subnormal que posee a la izquierda internacional... 
    Como siempre, vamos a ir por partes. La locura antiespañola que está viviendo México desde la llegada al poder de López Obrador, y ahora con su sucesora Sheinbaum, no solo debería analizarse a nivel sociológico, sino ya directamente a nivel psiquiátrico.



 Ya hablamos de lo absurdo y antihistórico que supone pedir perdón ahora en 2025 por la conquista española de México, pero, ya que tratamos de nuevo el tema, vamos a dejarlo bien clarito, nivel LOMLOE:

1. No tiene sentido pedir perdón por algo sucedido hace 500 años. De la misma manera que Italia no tiene que pedir perdón a España por la conquista romana.
2. El imperio azteca del siglo XVI ya no existe como estado. El actual estado mexicano surgió a principios del siglo XIX. 
3. Dicho estado mexicano actual NO es heredero del imperio azteca. No ha heredado ninguna de sus instituciones ni estructuras. Desde el momento en el que se convirtió en el virreinato de Nueva España, se rompió con el estado anterior. De quien es heredero el estado mexicano es de ese virreinato y fue fundado por criollos (descendientes de españoles), como el resto de naciones hispanoamericanas, y para criollos: los indios fueron marginados, como ya señalamos.
4. El rey Juan Carlos I ya pidió perdón de manera simbólica en 1990, como ya se indicó.

    En resumen, la locura indigenista acomplejada que invade a estos dirigentes es una pura propaganda y además absurda. Carece de sentido, es totalmente antihistórica y atenta, además, con los propios principios laicistas de los que la izquierda tanto presume. En otras palabras, ver la escenita de hace unos días del ritual indígena realizado por Sheinbaum es una contradicción y una apropiación cultural. Ni Sheinbaum es de origen indígena ni estos necesitan que nadie les defienda. Y menos aún los descendientes de los creadores de un estado que les marginó.



    El numerito es uno más de la locura identitaria woke que ataca la sociedad y la cultura de los países occidentales, en lugar de atacar a sociedades y "culturas" que realmente van contra todo lo que esa gente defiende. En fin, lo mismo de siempre...
    Pero hablemos ahora de Cuatemoc. Conmemorar su muerte por parte de los mexicanos resulta igual de absurdo que si lo conmemorásemos nosotros. Ni ellos ni nosotros somos descendientes de aquel pueblo. Los aztecas ni siquiera eran mayoría en el antiguo imperio azteca. Tras el breve reinado de Cuitláhuac, tras la muerte a su vez de Moctezuma, llegó al trono Cuatemoc.


    Un año después de la Noche Triste (1520), Cortés regresó a Tenochtitlán con sus hombres y con sus aliados nativos. El gobierno de Cuatemoc en el período entre la evacuación de los españoles y el regreso de estos resultó ser de total incapacidad. Tras la victoria española, el emperador fue capturado por Cortés. La idea de la tortura a la que fue sometido para revelar dónde se encontraba el oro es muy discutida hoy en día. Sí podemos señalar sin duda la ejecución de Cuatemoc en la horca porque se le acusó de confabular un complot contra Cortés.
    Fue a finales del siglo XIX cuando el "despertar" nacionalista de la dictadura de Porfirio Díaz rescató el personaje de Cuatemoc como exaltación nacional en México.


    Como ya comentamos, la locura de López Obrador-Sheinbaum les lleva a odiar a España, país del que descienden, y no a EEUU, país que les robó medio país. Si Trump es la encarnación del mal para estos países hispanoamericanos con gobiernos de izquierda ¿por qué caen servilmente ante él entregándoles a todos los narcos que les pide? ¿Cómo un país con índices de corrupción bestiales, con una inseguridad abismal y con la presencia del narcotráfico en todas las instituciones no tiene otra cosa que hacer que reivindicar un pasado indígena que ellos rechazaron y pedir cuentas a un estado soberano que está a miles de kilómetros? Síntomas de la locura identitaria y de la decadencia absoluta. 







sábado, 15 de marzo de 2025

El cabo de San Agustín

  Septiembre de 1519. La expedición liderada por Magallanes hacia las Molucas atraca en Tenerife. Allí, Cartagena y otros oficiales exigen al portugués que les revele la ruta del viaje. A pesar de sus reticencias, Magallanes accede. La idea es bordear la costa oriental de Suramérica hasta encontrar un paso que les lleve al mar del Sur. Desde allí, deberán recorrer un océano por el que nadie ha navegado jamás.


    Mientras tanto, el rey Carlos I ha escrito a su futuro suegro, el rey Manuel I de Portugal, para informarle de que el viaje de Magallanes respetará las demarcaciones del tratado de Tordesillas. Pero Manuel I no se fía. Considera a Magallanes un traidor. Ordena arrestar a los tripulantes si recaen en puerto portugués.
    Las discusiones con Cartagena continúan y Magallanes opta por apresar al veedor real. Este gesto genera el odio entre los oficiales hacia el portugués. Magallanes teme ahora que, como Colón, pueda tener lugar un motín. Y que tal vez él no pueda pararlo, como sí hizo el genovés. 
    Noviembre de 1519. Tras dos meses de travesía, Magallanes y sus hombres avistan tierra. 




Es el cabo San Agustín, en la costa de Brasil.


Magallanes desembarca. Son recibidos por indígenas.



El trato con ellos es pacífico.





Pigafetta anota el recorrido en su diario.









sábado, 8 de marzo de 2025

Hacia la Especiería

  Aprobado el proyecto de Magallanes por el rey Carlos I, el viaje puede dar comienzo. El navegante portugués supervisa los preparativos en el puerto de Sevilla. La Corona aporta cinco barcos para la expedición: Trinidad, Santiago, San Antonio, Concepción y Victoria. También aporta 234 marineros. Magallanes y sus hombres, entre ellos, Juan Sebastián Elcano, maestre de la Concepción.



    Pero la Casa de Contratación, con el obispo Juan Rodríguez de Fonseca al frente, no permite que se haga nada sin su supervisión. Por eso, impone a Juan de Cartagena como veedor real en la expedición.

    
    Magallanes no ve con buenos ojos esta imposición de Fonseca ni otras. No se fía de este Juan de Cartagena y empieza a tener un cierto resquemor hacia los españoles. Solo consigue que 31 portugueses se unan a la expedición.


    Otro miembro se une a la expedición: es el veneciano Antonio Pigafetta, de Vicenza. Humanista, cartógrafo, conocedor de varias lenguas, Pigafetta ha leído los relatos de los viajes de Colón y Vespuccio y quiere viajar en busca de aventuras. Magallanes lo contrata.


    El 10 de agosto de 1519, las cinco naves parten de Sevilla. Todas lucen la cruz de la orden de Santiago en sus velas. Descienden el río Guadalquivir hasta Sanlúcar de Barrameda.


 A partir de allí, mar abierto. Rumbo sur-suroeste. La ruta hasta América es conocida,  pero ¿Qué pasará a partir de allí? ¿Qué peligros les esperan?











STOP Leyenda Negra (XII)

      Hoy es 8M y como ya hay furias feministas radicales (yo estoy a favor del feminismo que predicaba la igualdad entre hombres y mujeres, cosa contra la que creo que no está nadie hoy día) desde hace semanas gritando que todos los hombres somos "agresores" y "opresores", repartiendo propaganda en los institutos, etc,. me veo en la obligación de hablar, dentro de esta sección sobre la Leyenda Negra, del papel de las mujeres en la conquista de América. Esas furias, para quienes todos somos machistas y fascistas y que, en mi opinión, no representan a las mujeres, nunca os hablarán de aquellas valientes mujeres del siglo XVI, en la gran aventura española en América.
    Comenzamos con Anayansi, la bella indígena de Darién (Panamá) que se casó con Vasco Núñez de Balboa, el primer matrimonio interracial por amor en el imperio español.


     A continuación, pasamos a Malintzin o Malinalli o Malinche o Marina (su nombre español adoptado por ella), la intérprete y amante de Cortés en la conquista de México. 


    Al principio de la conquista, los españoles encontraron en Yucatán a Jerónimo de Aguilar, un náufrago de la expedición de Juan de Valdivia, desde el Darién a Cuba. Cortés y sus hombres lo encontraron y él sirvió de intérprete para la expedición, pues hablaba maya.


    Más tarde, conocieron a Malinche, que les fue regalada por los indios tabasco, tras la batalla de Centla. La joven hablaba maya y nauatl, por lo que sirvió de intérprete para Aguilar, y este, para Cortés. Malinche aprendió rápido el español y, así, pudo ser la intérprete directa del conquistador.


    Fue Malinche la que le abrió a Cortés las puertas de Tenochtitlán. Los aztecas la tenían por traidora. Pero decir que también los mexicanos la tienen por tal, sería absurdo. Porque, como bien sabemos, aunque ni esas furias ni las furias woke (que son las mismas) os lo dirán nunca, la conquista del imperio azteca fue llevada a cabo por  varias tribus y pueblos aliados de los españoles contra el yugo azteca. Por eso, para todos ellos, Malinche no es una traidora, sino una aliada. Y también hubo mestizaje entre ella y Cortés.


    La siguiente mujer valiente de la conquista es María de Estrada. Fue una dama noble de Sevilla. Se dice que su padre era cántabro, aunque dada la abundancia del apellido Estrada en Asturias, lo más lógico es que fuera de origen asturiano.
    María viajó a Cuba y allí se casó con Pedro Sánchez (😨no, ese no,😂) Farfán. Junto a su marido, formó parte de la expedición liderada por Pánfilo de Narváez y ordenada por Diego Velázquez de Cuéllar a México para detener a Cortés. 


    Al llegar a México, María y Sánchez Farfán se pasaron al ejército de Cortés. Se cuenta que fue la propia María la que dejó tuerto a Narváez. No hay duda de que María era una mujer "empoderada", y no necesitó a ninguna "hermana" morada para saberlo...
    Durante la la llamada Noche Triste, en la evacuación española de Tenochtitlán, María luchó con espada y rodela contra los aztecas. Volvió a contraatacar más tarde en Otumba junto a Cortés y sus aliados tlaxcaltecas. Tras la muerte de Sánchez Farfán, María se casó en segundas nupcias con Martín Partidor, y junto a él fundó la ciudad de Puebla. De María contó Cortés que la tenía "en lugar de hermana". Tal era el aprecio que el conquistador de México tuvo por esta mujer de armas tomar.

    La siguiente es otra que no necesita de propaganda morada para saber que era una mujer empoderada y mucho: Inés Suárez. Esta cacereña, natural de Plasencia, embarcó al Perú en busca de su esposo: Juan de Málaga. Allí, tuvo noticias de la muerte de este en la batalla de Salinas (1538), suceso que enfrentó a los partidarios de Pizarro con los de Almagro. Más tarde, conoció a Pedro de Valdivia, de quien se enamoró. 


    Junto a él, partió al sur, a la conquista de Chile. Inés participó en la fundación de Santiago, actual capital del país andino. En ausencia de Valdivia, que había partido a sofocar una rebelión, Inés lideró la defensa de la nueva ciudad contra el ataque de nativos hostiles. E incluso decapitó al líder del ataque.



    Como vemos, mujeres intrépidas, decididas. Durante años, su vida, como la de todas las mujeres del planeta, estuvo unida a la de los hombres, sin que ninguna furia morada viniera en el siglo XXI a decirles que estaban "oprimidas". Así que, como somos iguales y no necesitamos de locos que nos lo digan, vivan los hombres y mujeres de la gran aventura española en América.

jueves, 6 de marzo de 2025

Las sirenas en la Edad Media

 Y tu voz igual que el coro de las sirenas de Ulises me encadena


    Todo el mundo ha oído hablar de las sirenas, mujeres míticas con cola de pez que están inmersas en el imaginario colectivo. Todos conocemos a Ariel, la sirenita, adaptación con final feliz del triste cuento original de Andersen.


    Pero ¿de dónde viene el mito de las sirenas? Como sucede con muchos otros, de la mitología griega. Pero no eran mujeres con cola de pez, sino mujeres con su parte inferior de ave. Así aparecen en su aparición más famosa del mundo grecorromano: en la Odisea, atrayendo con sus cánticos a Ulises y sus hombres hacia las rocas. Suerte que el astuto Ulises mandó que le ataran al mástil y que sus hombres se pusieran cera en sus oídos.


    En la mitología nórdica se habla de las nueve hijas de Aegir, el anciano del mar, que equivaldrían a las nereidas griegas. Las hijas de Aegir son similares a las sirenas por su atractivo sobre los incautos marineros, pero no tienen cuerpo de ave ni de pez. Viven en el fondo del mar fabricando cerveza.



    Pero la imagen de las sirenas cambió completamente en la Edad Media. Se mantuvo la idea de atracción sexual y sensualidad de aquellos seres de la Odisea. Pero el Mediterráneo era un mar más que explorado al caer el imperio romano de Occidente. Había sido el mare nostrum de fenicios, griegos y romanos. No podía haber sirenas allí. Como sucedía con las amazonas, las sirenas pasaron a habitar fuera del mundo conocido. Y en la Edad Media, ese mundo era el Atlántico, el terrible Mare Tenebrosum. Y las sirenas ya no tenían cuerpo de ave, sino de pez.


    Las sirenas comienzan a aparecer en las leyendas atrayendo a los marineros con su belleza hacia el temido abismo.


    Así, va aumentando el miedo a navegar en mar abierto por el Atlántico. Pero las sirenas cobraron, además, un significado a nivel religioso. Fueron identificadas con la lujuria. Así, comenzó a ser corriente representar este pecado en las iglesias medievales como una sirena con dos colas.








    François Bourgeon juega con esta iconografía en su saga Los compañeros del crepúsculo. Aparecen tres sirenas con dos colas como escudo de la ciudad de Montroy, en la que se sitúa la acción del tercer álbum, titulado El último canto de los Malaterre.





Como emblema también de la posada en la que se hospedan los personajes.


Y en otras ocasiones.






Rara vez la encontramos en las iglesias con una cola, como aquí, en un capitel de la iglesia de San Claudio de Zamora.



    A medida que avanza la Edad Media, el carácter maligno de las sirenas hace que la cola de pez se convierta, con el tiempo, en cola de serpiente. Así surge la leyenda de Melusina, el hada que se casó con un noble francés. Este fue advertido por su bella esposa de no molestarla el sábado. Movido por la curiosidad, el marido incumple el trato y espía a su esposa ese día de la semana. Y ve cómo Melusina se ha transformado en mujer-serpiente.


Melusina, al verse sorprendida, sale volando por la ventana y no vuelve jamás.


    Con las exploraciones en los viajes a América se renovó el interés por las sirenas, una vez que, con el primer viaje de Colón, se consiguió cruzar el Atlántico y acabar con el temor a este océano. El propio Colón aseguró haber visto sirenas en enero de 1493.


    ¿Qué fue lo que vio realmente Colón? Todo apunta a que se trataba de manatíes, abundantes en el Caribe.


Pero hay que usar mucho la imaginación para confundirlos con sirenas...



    El Bosco, de pensamiento mucho más medieval que renacentista, sitúa una sirena en El jardín de las delicias, últimos coletazos (nunca mejor dicho) del imaginario medieval.


    En el mundo nuevo del Renacimiento y con la exploración del Nuevo Mundo, los seres fantásticos quedan reducidos a la superstición popular. Y así, las sirenas van desapareciendo. Las leyendas, recuperadas en el Romanticismo, las recuperarán posteriormente y ya solo podrán vivir allí.